miércoles, 24 de julio de 2013

"PEQUEÑOS PERO GRANDES" DETALLES DE LA TENTACIÓN


¡No caigas en la trampa de los "elementos emergentes" que te invitan a "ver más"!
¡No caigas en la trampa de los “elementos emergentes” que te invitan a ver más...!

“Hay que rechazar de inmediato la tentación, porque mientras más ‘dialoguemos’ con ella, más se debilitará nuestra voluntad.” Es realmente irónico. Cuando ayer abrí el Face de La Opción V, leí esa frase y entré a ver la foto de aquella mujer mostrando un NO en su mano, apareció al lado un “pop up”, uno de esos avisos publicitarios que uno no quiere pero que no sé por qué razón no puedo dejar de recibir. Quizá si fuese un experto en computación sabría cómo deshacerme de ellos, bloquearlos, porque sinceramente es irritante tener que soportar el bombardeo de publicidad cuando uno no quiere, y tener que estar apretando el botón que los elimina. Simplemente, nos imponen la publicidad, tal y como sucede en las calles, en la televisión, en la radio, etc. Continuamente somos bombardeados por la publicidad cuya finalidad es engancharnos para que compremos sus productos.
En fin, para no hacer larga la historia, junto a la leyenda “no dialogues con la tentación” y la foto de la mujer en actitud de rechazo, me apareció un recuadro publicitario con un “trailer” o videoclip que mostraba a una mujer aparentemente en la ducha, mojada, tal y como la ven en la foto que tomé. No sé si las mujeres reciben esa publicidad, yo soy hombre, y Facebook me imagino que manda publicidad para hombres a los hombres y para mujeres a las mujeres. Y para un hombre, una imagen así inmediatamente le despierta placer y un deseo de ver más. ¡Y tan sólo tiene que hacer clic para echar a andar el video! Evidentemente, la foto provocativa despierta en los hombres un diálogo interior: “¿por qué no ver un poco más, si está allí? ¡Seguro que la chica va a mostrar más, y así me producirá una mayor excitación! ¡Mira más! ¿A quién le hace daño si veo un poco más? Además —en caso de que todavía tenga un poco de vergüenza—, nadie me ve, nadie tiene por qué enterarse”. Sicología pura. Manipulación pura.
Ante estos “elementos publicitarios emergentes” los hombres tenemos dos opciones: dejarnos envolver por el diálogo interior que nos lleva a hacer “clic” tan solo por curiosidad, por ver más, por querer “experimentar un mayor placer”, y con ello seguir la corriente, dejarnos llevar a donde nos quieren llevar mostrándonos la carnada que oculta el aguijón. Así nos convertimos en títeres, hombres manipulados, hombres que sin voluntad de resistencia simplemente “siguen la corriente” y caen en la trampa.
La otra opción, La Opción V, es la de rechazar esa provocación, ni siquiera dialogar con la tentación, decir NO QUIERO VER, no hacer “clic”, con lo que te vas entrenando a rechazar otras tentaciones o provocaciones que aparecerán en el camino de la vida. Un acto tan sencillo como ése te va fortaleciendo, te va entrenando a decir NO, te va haciendo dueño de ti mismo, de tus impulsos o pasiones, te ayuda a dominar tu curiosidad cuando no es sana ni buena, te ayuda a respetar a esa mujer que se muestra allí —aunque no sepas ni quién es, pero que es hija de alguien, hermana de alguien, hija de Dios— aunque ella misma no se respete a sí misma por mostrar su cuerpo como una mercancía para el consumo de los ojos libidinosos y de las mentes pervertidas.
El triunfo de la castidad empieza allí, en lo secreto, donde nadie te ve, donde estás tú solo ante esa imagen seductora, provocativa, tentadora. Es fundamental que cuando aparezcan esas invitaciones en tu computadora te entrenes a decir NO, a rechazarlas de inmediato, a no dejarte llevar por la curiosidad, con la conciencia de que si lo haces una vez, no será la primera: lo harás nuevamente cuando aparezca otra, y otra, y te irá conduciendo a querer ver cosas cada vez más explícitas.
Si no aprendes a decir NO ante esas “inofensivas”  seducciones, serás uno más de los que la corriente se irá llevando. Si en cambio te educas a decir NO, serás de los pocos Valientes que luchan contracorriente, conquistándose a sí mismos, aprendiendo a dominar sus impulsos y pasiones, purificándose de todo egoísmo, en resumen, te estas educando a ser hombre de verdad, un hombre que es capaz de respetar a las mujeres y de amarlas de verdad, como ellas se merecen.
Así pues, cuando aparezcan esas invitaciones en tu computadora, recházalas con firmeza, no entres en esos “diálogos interiores” que sólo te debilitan y te hacen frágil, candidato seguro a la caída. ¡Sé hombre, sé dueño de ti mismo, aprende a decir NO, un No rotundo, radical, pronto, sin negociaciones!
P. Jürgen Daum, SCV
Fuente: LaopciónV

DIOS LOS BENDIGA