jueves, 15 de mayo de 2014

ENTREVISTA AL DIABLO +3

Imagen modificada por el autor de este blog


CONCLUYE LA ENTREVISTA

En la conclusión de este acontecimiento sucedió un hecho insólito. Llevaba ya varios días con mi ánimo en la necesidad de ir a dar gracias a la Virgen ante su imagen en la que había experimentado el impulso para escribir estos "encuentros” y por haberlos podido realizar con Su protección, que me puso a seguro de cualquier posible superioridad del Enemigo. Así es que una tarde fui a la iglesia donde aquella querida imagen es venerada en Roma y arrodillado a sus pies comencé a darle las gracias.

A los pocos minutos, proveniente de la primera fila de los bancos, donde estaba también ella orando, se me acercó la muchacha de la vez pasada.. Me impresionaron también ahora sus ojos luminosísimos y dulces y su sonrisa excepcionalmente encantadora.

“Eh, ¿ha quedado contento de haber obedecido?”.

“Perdón, señora...”

"No, señorita”.

"Podría decirme, señorita, ¿quién es Ud?.

“Mi nombre no importa, déjelo así le ruego que no le busque. Le digo que estoy contenta de que Ud. haya obedecido".

“Se ve que está muy interesada en este asunto".

“Sí, muchísimo. Ahora se lo digo." Entonces cogí una silla que tenía cerca y me senté a su lado, en un ángulo apartado, y ella comenzó a hablar con voz baja y calmadamente me dijo:

Quería decirle que ha hecho mucho bien al escribir esa entrevista.

Comprendo que pocos le creerán, pero es necesario no callar El enemigo recurre a todo tipo de argucias para no hacerse descubrir. Quiere trabajar escondido. Y lo logra.

Ustedes, los sacerdotes, deben desenmascararle. El Señor les concedió contra el demonio un poder especial del que no son conscientes… Él tiene un miedo terrible de ustedes, sacerdotes. Por eso les odia más que a los demás, les rodea, les tienta y les hace caer. Son muchas las víctimas que va haciendo entre ustedes.

Y pensar que son muchos los sacerdotes que no creen en su presencia, ni en sus obras. Hablan de él por diversión, por burla, y no piensan que se trata de su enemigo capital. 

¡Es una situación triste! Ud. No se preocupe de lo que digan sobre lo que ha escrito. Déjeles reír. Muchos son instrumentos suyos y no se dan cuenta. Obedecen sus órdenes pero Dios les observa. ¡Si viese qué horror, qué repugnancia dan ciertas almas de sacerdotes, llenos de orgullo, de impureza, de rebeldía y sembradores de escándalos! Si Dios les concediera ver su alma, aunque solo fuese por un instante y mirarse al espejo! ¡Se han dejado arruinar por su enemigo y no creen en él! ¡Dios mío, qué horror! 

Vd confíe su escrito a manos de Ella y no se preocupe. La gracia de Dios podrá servirse de estas páginas para iluminar tantas almas Y esto tiene un gran mérito. Dios le bendiga”.

"Muchos me ridiculizarán". 

"No le preocupe”,

Aquí la muchacha, con la cara de nuevo sonriente, se levantó, hizo una genuflexión hacia el altar, me saludó y se fue.

Me quedé con la impresión de haberme encontrado con una de aquellas almas escondidas, pero muy queridas por Dios. No es una persona creada por mi fantasía. Está viva y es verdadera.

Fuente: Sacerdote Domenico Mondrone, S.I. 

ENTREVISTA AL DIABLO +2


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SEXTO ENCUENTRO ENTRE EL EXORCISTA Y EL DIABLO



«Esta vez has venido con el propósito de asustarme».

"Si pudiese hacerlo, sabría muy bien cómo hacerte temblar de miedo. Tu no sabes que tengo la fuerza de hacer temblar toda la tierra, si quiero. Tengo la fuerza de aguantar esta pelota del globo donde habitáis y lanzarla contra los demás astros o incluso tirarla en una de las bolsas solares y reducirla a cenizas."

“Has dicho: si quiero pero precisamente es esto lo que tú no puedes hacer. ¡El mundo está en manos de Aquel que lo ha creado, no en tus manos, bufón! Sé muy bien qué serías capaz de hacerlo; pero, encadenado como estás, no puedes dar miedo ni siquiera a un niño. Una vez más, tú eres un perro atado a una cadena. La inocencia de un niño te da miedo como la espada llameante de un arcángel".

* * *

"Goza de tu seguridad. Ahora te digo que pronto llegarán días en los cuales todo el mundo temblará con mi avanzada. Estoy preparando un desbarajuste universal que no te lo puedes imaginar"

“¿La bomba atómica?” 

“Mucho peor. Antes, y más que todo esto, me importa el desconcierto de la humanidad entera, comenzando por la Iglesia, que debe ser la primera en desaparecer, esta durísima Iglesia Católica., que ahora la haré desaparecer en un baño de sangre”.

"Si Dios te lo permitiera..."

“Lo sé: os refugiáis en el viejo versículo “no prevalecerán". Sin embargo prevaleceremos. La meteremos en desconcierto, combatiéndola desde dentro”.

"Será quizás una prueba más fuerte que otras sufridas en el pasado. Una nueva gran marea. Después el Señor te dirá: «basta» y sobre tus ruinas resplandecerá de nuevo el sol de su triunfo. Purificada, la Iglesia florecerá como en primavera.

“Sin embargo el golpe que estoy preparando no será como los otros. Hasta ahora, en la Iglesia, a la que cogía por asalto, había un punto invencible de resistencia que me hizo perder muchísimos ataques. ¡Ahora verás!"

“Hace pocos decenios inspiré a Lenin, uno de mis mejores colaboradores, que para acabar con la religión era más importante introducir la lucha de clases en el seno de la Iglesia que atacar de frente la religión. Se trata de obrar disolviendo, de formar focos de división entre los fieles, pero sobre todo en los ambientes eclesiásticos y religiosos. Dividir a los obispos en dos bloques: los integristas y los progresistas. Revelar a los sacerdotes contra los obispos con miles de pretextos. Atacar de frente a la iglesia como combatiendo, para su bien, sus estructuras anticuadas y los abusos que la desfiguran. Con hábiles golpes formar en los ambientes eclesiásticos núcleos insatisfechos para atraerles poco a poco al clima fecundo de la lucha de clases. Adaptación lenta y paciente, con infiltración de nuevos contenidos en las ideas tradicionales. Se trata no de liquidar, en un primer momento a la Iglesia, si no de ponerla en el dique seco, incorporándola al servicio de la revolución comunista. El resto vendrá después”.

* * *

Una pausa alargada durante la cual miraba a mi Virgencita y mentalmente la invocaba. La voz volvió con un tono ronco, rabioso como rugido de bestia. El maligno subrayaba así sus propósitos catastróficos.

“Ahora estoy preparando un asalto táctico sobre todo contra aquel vestido de blanco. Él tiene sus activistas fanáticos. Me hace reír. ¡Que se atrevan a encontrarse con los míos! A los míos los escogeré sobre todo entre los suyos. Serán las mejores palancas. Comenzaré a encerrarlo poco a poco en un aislamiento completo. Induciré a sectores enteros de la cristiandad a abandonarlo. ¡Después vendrá el asalto que lo eliminará!"

"Hablas con tal seguridad que simplemente te hace ridículo”

“Con una seguridad, como puedes ver, que no tengo ni el menor miedo de revelarte mis planes. Por lo demás, ¿qué podrías tú contra ellos?"

"Orar al Señor para que te fulmine y para que la Virgen tenga bien custodiado a aquel vestido de blanco, que es su hijo predilecto”.

Él respondió con una palabrota y inmediatamente volvió a la carga:

“En un segundo momento trabajaré uno a uno a todos los párrocos con respecto a su pastor. Hoy el concepto de autoridad no funciona como antes. He logrado darle un golpe imprevisto e irreparable. El mito de la obediencia está ya superado. Por esta vía la Iglesia será llevada a la pulverización. Mientras tanto voy adelante diezmando continuamente a los sacerdotes, a los frailes hasta llegar a vaciar totalmente los seminarios y los conventos. Quitados del medio los así llamados `obreros de la viña´, se introducirán los míos y tendrán vía libre en su trabajo definitivo”.

* * *

"Pareces un estratega rico en fantasía, no hay nada que decir. Salvo que programas todo como si Cristo, el verdadero Jefe de la Iglesia, la hubiese abandonado para siempre y Él estuviese nuevamente muerto sin esperanza de resurrección. Tú, bufón grandilocuente, no ignoras que la Iglesia es Él. Ella es su Cuerpo místico. Y sabes bien que detrás del pastor visible está Él invisible y Él es fiel a la palabra dada: «No tengáis miedo, dijo, Yo estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos».Prueba y verás, tendrás que encontrártelas con Él y ¡huirás ante su sola presencia¡. Además, está María, Ella es la Madre de la Iglesia y basta una señal suya para tener paralizados a todos los ejércitos infernales”.

“Los acostumbrados viejos chismes. Todos estáis embutidos en frases hechas. Todos estáis adiestrados en el uso de estos temas comunes. Hoy, los primeros en reírse de estas frases hechas son vuestros sacerdotes, vuestros doctores, a los que yo he hinchado con el espíritu del orgullo y con el espíritu de rebelión. Mira cómo han sabido cambiar el moho teológico por los grandes ideales de la historia. Me he preparado y me he llevado a mi bando a sacerdotes politiqueros, a sacerdotes que apenas dicen Misa alguna, a sacerdotes chacharacheros, que asiduamente frecuentan ciertos grupos errados, a la caza de citas galantes, y cuando en torno a ellos surge el escándalo, en vez de avergonzarse como antes, se vanaglorian con alegría, y se sienten felices de haberse liberado de pesos insoportables. ¡Y ni decirte de los sacerdotes que sólo piensan en hacer dinero! Todos estos son mis mejores obreros".

"Has recorrido ya en el pasado los mismos caminos y Dios te ha dejado realizar también algunas conquistas. Sin embargo recuerda que cuando parecía que la plaga iba a gangrenarse y a extenderse a todo el cuerpo, Él intervino sin movilizar contra ti a ejércitos espectaculares, sino trabajando con unos pocos, en el silencio.

Tú cuentas con la masa, Él cuenta con unos pocos. Cuántas veces Él nos ha hecho ver que sirve más a la Iglesia un pequeño número de auténticos sacerdotes y religiosos, llenos de espíritu evangélico verdaderamente impregnados de fermento evangélico, impregnados de Amor y fervor, preparados a la renuncia, dispuestos al sacrificio total, quiero decir: Él cuenta con unos pocos santos mas que con una masa de sacerdotes burócratas, secularizados, embebidos en la mundanidad y mujeriegos. Dios te los regala, no sabe qué hacer con ellos, Él se servirá de unos pocos, pero serán suyos, y con éstos restaurará su Iglesia”.

“Estoy seguro de que te darás cuenta de que hoy en la Iglesia se encuentra trabajando un buen frente de almas silenciosas, no importa de que condición ni raza, especialmente sacerdotes y religiosos, que se preparan para combatirte, Muchos de ellos se unen en el nombre de María, proceden de nidos de oración y de amor a la Iglesia, y de obediencia al Papa. Trabajan por una Iglesia consolidada en su unidad y aceptan toda renovación legítima, pero rechazan las innovaciones arbitrarias, y están persuadidos del servicio insustituible del romano Pontífice y se aprietan en torno suyo como al único principio verdaderamente sólido de su unidad. Esta persuasión también se va haciendo camino secretamente entre algunos hermanos separados".

“Son almas silenciosas, que en vez de agitarse, trabajan en vez de proclamar discursos grandilocuentes, oran; en vez de pedir reformas continuamente, se reforman. Son almas escondidas, de las que sería difícil hacer una estadística, pero se sabe que existen, realmente se encuentran por todas partes, y se reúnen en grupos de oración y fraternidad. Quizás nunca como hoy florecen tantos Santos en la Iglesia. ¡Cuántos grupos de almas fervientes vemos surgir al servicio de la Iglesia!. Ella cuenta con éstos grupos, en su capacidad de fermentar a la masa. Son las revanchas de la generosidad divina a favor de la iglesia. Almas que trabajan en un apostolado capilar, que van descubriendo el rostro de Cristo en el ejercicio de la Caridad hacía sus hermanos, los pobres, los marginados, los más necesitados".

“¡No, espíritu rebelde! El balance de la acción de Dios en el mundo y en la Iglesia no es un fracaso. El curso de su acción no está paralizado por tus sabotajes. La Iglesia tiene direcciones y brotes que son invisibles y lejanos; pero Él está actuando siempre en Ella. ¡Invencible es Él! ¡Invencible es Ella! Y tú lo sabes, tú lo crees y tú solamente puedes aprovechar al máximo el tiempo que todavía te queda para hacer el mal. El día en que nuevamente escuches con pavor "Quien como Dios", será el día de tu derrota definitiva. ¡Para siempre!".

A este punto mi interlocutor se había ya marchado.

Fuente: Sacerdote Domenico Mondrone, S.I.

ENTREVISTA AL DIABLO +1

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TERCER ENCUENTRO ENTRE EL EXORCISTA Y EL DIABLO


Esta vez no se hizo esperar mucho.

La noche siguiente, estaba para meterme en la cama, cuando oí rumores extraños en la habitación. Eran pasos fuertes, casi sordos que hacían vibrar el pavimento. Advertida su presencia, agarré el rosario, hice la señal de la cruz, invocando mentalmente a la Virgen que estaba junto a mí, al lado de la cama, y esperé.

"Siento que estás aquí. Bien, en nombre de Ella, que te obliga a venir y a responderme, dime: inmediatamente después de tu gran pecado, ¿te diste cuenta de todo lo que habías perdido para siempre?»

“¡Qué pregunta tan estúpida!”.

"Gracias, eres muy amable; Sé muy bien que mi inteligencia no se puede comparar con la tuya. Por eso permíteme una pregunta aún más idiota: ¿Jamás te has arrepentido de aquel pecado?”

"¿Arrepentimiento?”, la respuesta surgió de inmediato, como un rugido de bestia.

"¿Pero no sabes que un acto de arrepentimiento hubiese sido un acto de amor? Y esto es totalmente inconcebible en nosotros. Nosotros fuimos inmediatamente investidos de un odio inmenso contra Él. Un odio implacable, eterno. Nos encontramos envueltos, casi petrificados, en una maldición que ha llegado a ser nuestra segunda naturaleza. “

Tranquilamente hubiese querido concentrar la reflexión sobre la desgracia irreparable de tantísimas criaturas tan excelsas, pero el otro me interrumpió.

“Después de habernos expulsados de su paraíso, se ha vengado destinando a nuestro estado a los seres más nauseabundos, vosotros los hombres, un amasijo de espíritu y de sucia materia. Ha hecho de vosotros un objeto de su amor infinito. Va mendigando de vosotros el amor que nosotros le habíamos rechazado. El amor por vosotros le ha hecho cometer locuras, hasta humillar al Hijo en el vientre de una mujer. Tiene la ambición de ocupar con vosotros los puestos que nosotros hemos dejado vacíos. Pero antes de que logre esto, llenaremos nuestro infierno con vosotros los hombres. La venganza que no podemos realizar sobre Él, la haremos con vosotros. “

"Eso es lo que tu sueñas. Pero entre nosotros y tú, sobre el vértice de tu abismo infernal está Cristo Crucificado, contigo tendrás solo a aquellos que obstinadamente quieran permanecer a tu lado. Todos los demás, también los pecadores, también los pobres infieles, te serán arrancados como presa que no te pertenece, porque no son tuyos, Él los ha pagado con el precio de Su Sangre y son suyos. ¡Me niego a creer que finalmente tengas tú más que Él!”

* * *
Hubo una pausa más bien larga. Tuve la sensación de que quisiera agredirme con un discursazo, y en efecto, pasó inmediatamente al ataque.

"¿Dices que Él tendrá más que yo?... ¿Pero es que no ves, ciego y estúpido como eres, que hoy estoy movilizando todo para vuestra ruina? ¿No ves que su reino se desmorona y que el mío se agranda de día en día sobre las ruinas del suyo? Prueba a hacer un balance entre sus seguidores y los míos, entre aquellos que creen en sus verdades y los que siguen mis doctrinas, entre los que observan su ley y los que abrazan la mía. Piensa solamente al progreso que estoy haciendo por medio del materialismo ateo y militante, que es el rechazo total de Él!
Aún un poco más de tiempo y todo el mundo caerá en adoración ante mí. El mundo será completamente mío.

"Piensa en las devastaciones que estoy llevando en medio de vosotros, sirviéndome principalmente de sus ministros. He desencadenado en su rebaño un espíritu de confusión y de rebelión que jamás hasta hoy había logrado obtener. Tenéis a vuestro guardián de ovejas, vestido de blanco, que todos los días habla, grita, charla inútilmente. ¿Quién lo escucha? Puedo hacerlo callar inmediatamente apenas quiera, en un momento puedo eliminarlo; basta que arme la mano de un emisario mío.

Todo el mundo escucha mis mensajes, los aplaude y los sigue. Todo está de mi parte. Tengo las cátedras con las que he puesto en jaque a vuestra filosofía. Tengo conmigo la política que os disgrega. Tengo el odio de clases que os hiere. Tengo los intereses terrenos, el ideal de un paraíso en la tierra que os enfrenta a unos con otros. Os he metido en el cuerpo una sed de dinero y de placeres que os hace enloquecer y que os está reduciendo a ser un tropel de asesinos.

"He desencadenado en medio a vosotros una sexualidad que está haciendo de vosotros un grupo exterminado de puercos. Tengo la droga que pronto os convertirá en una masa de miserables larvas de locos y moribundos. Os he llevado a adoptar el divorcio para reducir a fragmentos vuestras familias. Os he llevado a practicar el aborto con el que causo matanzas de hombres, antes de que nazcan”.

"¡Todos ángeles destinados al cielo!"

"¡Pero te parece poco haber convertido a las mujeres, a las madres en peores que las bestias; las he inducido a matar a sus hijos, cosa que ni las bestias hacen!”

“Todo lo que puede destruiros lo intento, y obtengo lo que quiero: injusticias a todos los niveles para teneros en un continuo estado de desesperación; guerras en cadena que destruyen todo y os llevan al sacrificio como a las ovejas; y junto a esto la desesperación de no saber liberaros de las calamidades con las que tengo que llevaros a la destrucción. Conozco hasta donde llega la estupidez de vosotros los hombres y la aprovecho completamente.

“La redención de aquel que se hizo matar por vosotros, bestias, yo la he sustituido por la de los gobernantes asesinos, y vosotros os arrojáis en su seguimiento como ovejas estupidísimas. Con las promesas de bien que os he hecho y que no obtendréis nunca, he logrado cegaros, haceros perder la cabeza, hasta llevaros fácilmente a donde quiero. Recuerda que yo os odio infinitamente, como le odio a Él que os ha creado. ¡Sí, vaya favor os ha hecho, enviando a su Hijo a desperdiciar su Sangre por la dichosa Redención. Yo os odio, os desprecio!”

* * *
“¿Y con esto?”

“¿Qué quieres decir? ¿No es suficiente? Puedo continuar, si crees...”

“¿Con todo esto crees poder cantar victoria contra Dios? ¿Tú serías el gran vencedor y Dios el gran derrotado? No niego que estás trabajando quizás como nunca, que ahora vas obteniendo seguidores más que en el pasado, pero en tus diseños eres un habilísimo inflador de balones. Te he dicho ya que tu historia concluirá como ha comenzado. Nuestra atención va hacia el final de todo esto. Entonces, tuviste en un instante muchísimos seguidores. Pero ¿cómo terminó tu gesto de rebelión? ¿Arrojaste a Dios del trono de su gloria?"

“¿Aún te engañas? ¿No has comprendido nada de lo que te he mostrado?”

“¡Tú eres el ¡¡uso! Todas estas fanfarronadas tuyas pueden impresionar a un hombre de poca fe, no a quien cree firmemente que Dios es Dios y tú eres un miserable rebelde, una criatura suya, que Él podría destruir con un soplo, en un solo instante, pero que no lo hará jamás. Has podido engañar a millones de hombres para que no crean en Dios, pero tú sabes que Él existe, que Él es el Omnipotente, que tiene en su mano el destino de los hombres y de la historia. Has querido entablar la guerra contra Él y te está dejando obtener algunos resultados, incluso momentáneamente espectaculares Pero sabes bien que su poder está condicionado a su omnipotencia y ¡la victoria final será sólo de Él!”

"¡Al contrario, será mía!”

“Mentiroso, ni tú mismo te lo crees, porque sabes bien con quien te has metido. Recuerda la lección del Viernes Santo. Trabajaste bien ese día. Por medio de tus satélites te apoderaste de Jesús y lograste hacerlo matar. Pero, en la ceguera de tu odio, no te diste cuenta que aquella muerte fue victoria de Él al quererla y tú fuiste un instrumento sometido. Creíste haberlo liquidado para siempre. Sin embargo, el vencido fuiste tú. Él resucitó al tercer día, vencedor de la muerte y del pecado. ¡Vencedor sobre ti y sobre todo tu infierno!”

* * *
“El misterio pascual te ha vencido de una vez para siempre. Sin embargo, se renueva, a lo largo de los siglos en la vida de la Iglesia y de las almas, en un enfrentamiento ininterrumpido de luchas, de muerte y de resurrección. Pero el triunfo del Reino de Dios aquí no se anuncia con las fanfarronadas, se anuncia y progresa y resiste a los ataques con el misterio divino del silencio”.

“Los acostumbrados viejos discursos de oratoria…”

“Sabes que esto no es oratoria. En la mañana que resucitó, Jesús no tuvo ninguna preocupación por vengarse de sus enemigos, de tus malhechores. No tuvo ningún deseo de humillarles, como Él habría podido hacer y como alguno podría haber esperado. Con una demostración espectacular y fulgurante de su triunfo sobre la muerte, hubiera podido aparecer ante el Sanedrín, ante Pilatos, ante Herodes, ante cuantos le humillaron y le dieron muerte... No fue a gritarles a la cara: "¡He aquí vuestra victoria!" Por el contrario, Su Majestad infinita está muy por encima de ese tipo de satisfacción triunfalista, no le preocuparon sus enemigos. No pensó en rehabilitar su reputación ante ellos”.

"Él inauguraba un estilo Suyo propio. Daba ejemplo de cómo se realiza su triunfo en esta tierra, de cómo procede su Iglesia en medio de los hombres y a lo largo de los tiempos: Un camino extenuante, duro, sin estrépito. Ella va adelante en el silencio, cubierta continuamente de heridas, rodeada de mártires que son sus testigos incomparables, obligada demasiadas veces a refugiarse en las catacumbas; pero todo esto ya se le había anunciado y eso es lo que la hace más semejante a su Jefe".

“¡Palabras, palabras, palabras! ¿No te das cuenta de que tengo en mi mano todas las fuerzas del mal?... ¿No ves cómo las he movilizado compactas contra el reino de Él?... ¡Mi ofensiva avanza ya incontenible!".

“¿Hasta cuando? Te crees el dueño de la situación. Te presentas corno el señor y el dominador del mundo. Y apenas eres el ejecutor de los planes de Él. Tú colaboras sólo a la magnificencia de su victoria final. Como tantas veces en el pasado, también hoy, la Iglesia tiene necesidad de ser purificada. A esto sirven las pruebas. Él no arranca su viña, la poda. La actual acción de obstáculo que tú y tus satélites habéis desencadenado en el seno del pueblo de Dios sirve a esto, a purificarlo. Los actuales logros aparentes de tu obra de seducción y de desorden le sirven a Él para sus planes. Al final se volteará todo contra ti y quedarás definitivamente vencido”.

Fuente: Sacerdote Domenico Mondrone S.I.

domingo, 11 de mayo de 2014

ARRIANOS DE AYER Y HOY

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La tesis que muy brevemente mantengo en este artículo nada tiene de original, aunque pocos la expresan abiertamente. El arrianismo antiguo pretendía favorecer el acercamiento de los paganos a Cristo. Y el arrianismo actual favorece el abandono total de la fe católica. Los católicos-arrianos actuales [círculos cuadrados] son personas que han perdido la fe, unas veces sin darse cuenta siquiera y otras negándose a reconocerlo.
* * *
Siglo IV
Dramatis personæ
–Constantino el Grande (272-273) abre el Imperio Romano a la Iglesia Católica en el edicto de Milán (313). Cesan por tanto las persecuciones y se ve favorecida una rápida cristianización del mundo romano. El cristianismo ha vencido al precio de mucha sangre martirial, comenzando, claro, por la de nuestro Señor Jesucristo, muerto «en tiempo de Poncio Pilato». Son muchos los paganos que invaden entonces rápidamente la Iglesia Católica, subiéndose al carro del vencedor por convicción o por oportunismo.
–Arrio (256-336), presbítero de Alejandría, al parecer de origen libio, discípulo de Luciano de Antioquía, afirma el protagonismo absoluto del Padre, principio único de todos los seres. Desvaloriza así relativamente al Logos, que no es eterno, coeterno al Padre, increado como éste, porque del Padre ha recibido la vida y el ser. Antes de ser engendrado no existía. Y como la Divinidad no sólo es increada, sino que es también ingénita, no engendrada, es claro que el Logos no es propiamente Dios. Fue creado de la nada. Fue la primera creación de Dios, pero hubo un tiempo en que no existía. No participa realmente de la Divinidad, sino que ocupa más bien un lugar intermedio entre Dios y el Universo creado. Él fue el instrumento divino empleado en la creación; y en este sentido, «por él fueron creadas todas las cosas». Y el Espíritu Santo es la primera criatura del Logos divino.
Presentado Jesucristo a los paganos al modo arriano, no resulta para ellos demasiado chocante o inadmisible: pueden «creer» en él sin demasiada dificultad. Pero en esta visión, relacionada con el neoplatonismo de un demiurgo intermedio entre Dios y el mundo, se destruye totalmente la fe cristiana: el Verbo encarnado no es Dios, no hay una real Encarnación de Dios en el hombre, ni se produce la Redención sacrificial que reconcilia a Dios con la humanidad. Jesucristo puede decirse «Salvador del mundo» en cuanto modelo de perfecta santidad (causa exemplaris), pero no en cuanto comunicador permanente del Espíritu y de su gracia (causa efficiens).
El arrianismo se difunde con enorme rapidez y extensión. Y junto a él se producen muchas variantes, que no voy a describir: subordinacionismo, adopcionismo, nestorianismo. Jesucristo, después de todo, es así creíble para los paganos: no es propiamente Dios; es un hombre divino, perfectamente unido a Dios; pero es sólo hombre.
–Hay herejías, como la arriana, que pueden perdurar siglos, hasta que son del todo vencidas. El semipelagianismo antiguo, por ejemplo, resurge en el Renacimiento y sin duda aún pervive con gran fuerza y extensión, como ya lo mostré en otros artículos (61-65). El arrianismo recibe un golpe mortal precisamente en España, hacia el año 600. Los visigodos que invaden Hispania a mediados del siglo V son arrianos. Leovigildo pretende unificar sus reinos en el arrianismo; pero sólo consigue el martirio de su hijo, San Hermenegildo (564-585), convertido al catolicismo. Y su otro hijo y sucesor, Recaredo (586-601), también converso, logra la unificación pretendida en el catolicismo (III Concilio de Toledo, 589). Desde entonces, desaparece prácticamente esa herejía, mantenida apenas por los longobardos. Pero pervive de algún modo en el Islam, de modo que al principio los musulmanes fueron a veces considerados como una variante del arrianismo, porque también ellos eliminaron el escándalo de la Encarnación para facilitar la fe en su nueva religión.
Pelagio (354-427), monje de origen británico, negando el pecado original, y el estado de la naturaleza humana caída, enseña un optimismo antropológico según el cual el hombre puede cumplir todos los mandamientos de Dios sin el auxilio de su gracia. La gracia de Dios es propiamente el libre albedrío que ha concedido al hombre. Dios nos da en Cristo un modeloperfecto que expresa en su Evangelio y en su vida la voluntad de Dios. Pero, estrictamente hablando, no necesita el hombre del auxilio de su gracia para realizar lo que sabe que debe hacer. En este sentido, la oración de petición no tiene sentido, es inútil. ¿Para qué pedir a Dios lo que el hombre, si quiere, puede realizar por sí mismo?
Se comprende perfectamente que los monjes pelagianos, cuando eran rechazados en Iglesias locales católicas, se refugiaban al amparo de Obispos arrianos. Y el movimiento se daba también a la viceversa. Arrianos y pelagianos siempre fueron y son hermanos.
El Concilio I de Nicea (325) reacciona muy pronto contra el arrianismo, afirmando la fe católica. Abrevio: «Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, y en un solo Señor, Jesucristo, el Hijo de Dios, engendrado unigénito del Padre, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho,consustancial al Padrepor quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las que hay en la tierra; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos. Y en el Espíritu Santo» (Denz 125).
Nicenos y anti-nicenos. Aunque Nicea logra reafirmar la unidad en la fe católica –sólo 2 Obispos, de los 318, se negaron a firmar su doctrina–, se comprueba posteriormente que no se ha logrado una victoria decisiva sobre el arrianismo. En el tiempo siguiente, hay emperadores católicos y los hay arrianos. Hay Obispos  nicenos, auténticamente católicos, a la cabeza de los cuales está San Atanasio. Y sobre todo, curiosamente, cuando la corte imperial se inclina por el arrianismo, hay Obispos arrianos o semiarrianos, que aceptan el arrianismo activamente, o que al menos lo admiten pasivamente, absteniéndose de combatirlo. Siempre se cita aquí aquella frase de San Jerónimo (347-420), dicha a fines del siglo IV (379), después de los conciliábulos de Rímini y Seleucia: «Ingemuit totus orbis et arianum se esse miratus est» (todo el mundo quedó consternado, al verse arriano: Adversus Luciferiani).
Constancio II (337-361), sucesor de Constantino en Oriente, favorece fuertemente el arrianismo, mientras que Constante defiende en Occidente la fe católica. Juliano el Apóstata, sucesor suyo (361-363), procura reavivar los cultos paganos tradicionales. Y es preciso llegar a fines del siglo IV, con Teodosio I (346-395), de origen hispano, para que el Imperio proscriba el arrianismo y declare finalmente la fe católica como religión oficial de todo el Imperio romano (391), prohibiendo incluso los cultos paganos, tolerados hasta entonces. 
San Atanasio (295-273), Obispo de Alejandría durante 45 años y gran doctor de la Iglesia, encabeza a los Obispos niceno-católicos, luchando con gran fuerza contra el arrianismo y contra el poderío imperial que a veces le era adicto. Elegido Obispo de Alejandría a los 33 años de edad, sufre cinco exilios de su sede,  perseguido por el poder imperial y difamado y hostilizado por los Obispos anti-nicenos. Tuvo apoyos notables, como el de San Hilario (315-368) y el del monacato egipcio, muy numeroso y venerado. En la oración colecta de su Misa hemos dicho: «Dios todopoderoso y eterno, que hiciste de tu Obispo San Atanasio un preclaro defensor de la divinidad de tu Hijo»… San Atanasio ha pasado a la historia como el defensor invicto, y en parte bastante solitario, de la fe católica. Pablo VI, en el XVI centenario de su muerte, le dedicó una preciosa homilía (6-V-1973).
San Atanasio, «el confesor invicto de nuestra común fe nicena, la fe en la divinidad de nuestro Señor Jesucristo… El valiente e impávido confesor de la fe… Un santo que ha dado una contribución extraordinaria a la vida de la Iglesia en un momento decisivo de su historia, cuando los herejes negaban la consubstancialidad divina del Verbo, es decir, de Cristo… Cuando reflexionamos en las vicisitudes de la vida humana, encontramos en él un creyente sólidamente fundado en la fe evangélica, un confesor convencido y defensor de la verdad, dispuesto a sufrir calumnias, persecuciones, violencias. De los cuarenta y cinco años de su episcopado una veintena de ellos transcurrieron en repetidos exilios [cinco]… Siempre y en todas partes y de frente a todos, poderosos y errados, profesó la fe en la divinidad de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, con tal firmeza que la tradición litúrgica orienta lo define como “columna de la fe verdadera” (Apolytikion, 2-V), mientras que la Iglesia católica lo reconoce como doctor de la Iglesia.
«La divinidad de Cristo es el núcleo central de la predicación de San Atanasio frente a los hombres de su tiempo, tentados por la crisis arriana. La definición del I Concilio ecuménico de Nicea (325)… constituye el punto constante de referencia de su doctrina. Sólo si se acepta esta doctrina puede hablarse de redención, de salvación, de restauración de la comunión entre el hombre y Dios.Sólo el Verbo de Dios redime perfectamente. Sin la Encarnación, el hombre permanecería en el estado de naturaleza corrupta, de la que ni la misma penitencia podría liberarlo (cfDe Incarnatione, PG 25,144,119). Liberado por Cristo de la corrupción, salvado de la muerte, el hombre renace a una nueva vida y reconquista la imagen primitiva de Dios, según la cual había sido creado y que el pecado había corrompido…. El Verbo de Dios “se ha hecho hombre, para que nosotros fuéramos divinizados” (ib.)…
«Este sublime mensaje es el que hoy nos llega de San Atanasio el Grande: ser fuerte en la fe y coherentes en la práctica de la vida cristiana, aunque sea a costa de graves sacrificios. Por la oración de San Atanasio, Padre y Doctor de la Iglesia, nos conceda Dios poder confesar fielmente en nuestro tiempo que Jesucristo es el Señor y el Salvador del mundo». (El precioso libro de San Atanasio, La Encarnación del Verbo, puede hallarse en la Edit. Ciudad Nueva, Madrid 1989).
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Siglo XX-XXI
Hoy son los escrituristas y teólogos católicos criptoarrianos los que más favorecen la apostasía de los fieles católicos. Ellos son los protagonistas de la apostasía de Occidente. Ellos facilitan con sus escritos arrianos el abandono de la fe católica, pues presentan en su enseñanza –ampliamente difundida por las editoriales, librerías y medios de comunicación católicos– un Cristo que propiamente no es Dios, sino un hombre divino; es decir, un hombre. En realidad, sus doctrinas se alejan de la fe católica mucho más que Arrio y sus seguidores. Haciendo a Cristo puramente humano, en modo alguno facilitan el acceso de los paganos actuales a la fe católica. Con su duda metódica sobre las Escrituras y su humanización reductiva de Jesucristo, no convierten a nadie. Pero sí consiguen, en cambio, que muchos católicos abandonen la Iglesia, pensando que siguen siendo católicos: católicos adultos y modernos.
Muchos dejan de ir a Misa, y los que van la entienden sólo como una comida fraterna. No practican la oración de petición, ni creen en la presencia eucarística de Jesucristo, ni en la virginidad de María, ni en los milagros del Evangelio, ni en el demonio, ni, por supuesto, en el pecado original, ni en la necesidad de la gracia para la salvación, ni tampoco creen en un juicio final, en el que haya una posibilidad de condenación. Pero son «católicos», pues tienen un sin fin de autores católicos que enseñan todo eso, en forma explícita o implícita. Y que lo enseñan en cátedras de instituciones católicas, al mismo tiempo que sus escritos son difundidos por editoriales y librerías católicas, en ocasiones diocesanas.
¿Por qué han de poner, pues, en duda que siguen siendo católicos… aunque rechacen en su mayor parte el Catecismo de la Iglesia? Podemos comprobar todo esto visitando alguna librería religiosa, y ojeando algunos libros, especialmente de cristología.
Del nacimiento, infancia y juventud de Jesús, según dicen con seguridad científica, no podemos saber nada, porque los Evangelios de la infancia (Mt-Lc) no son realmente históricos. Nada sabemos tampoco de la virginidad de María, que es una cuestión «todavía abierta en el plano bíblico». Pero sí sabemos que Jesús es «un buscador de Dios», «un creyente fiel», con «una profunda experiencia de Dios». Ya adulto, visita a Juan Bautista y «comenzó a verlo todo desde un horizonte nuevo». Jesús enseña que Dios perdona «sin condiciones», «no excluye a nadie», «acoge a todos» en su bondad. En cuanto a su identidad misteriosa, se piensa erradamente que «Cristo es la gran excepción, el gran milagro de lo humano [nada menos que unido hipostáticamente con Dios], y que consiguientemente habría que pensarlo con otras categorías al margen de como pensamos la relación de Dios con cada hombre y la relación del hombre con Dios».
Por otra parte, «el camino de Jesús no pasa necesariamente por la religión, el culto y la confesión de fe, sino por la compasión hacia los pequeños». «Los milagros no son hechos históricos», sino composiciones literarias postpascuales que expresan la fe de los discípulos en la santidad excelsa de Jesús. «Debemos considerar leyendas muchas historias de milagros contenidas en los Evangelios. Hay que buscar menos en estas leyendas su contenido histórico que su expresión teológica». Maestro valiente de la verdad de Dios, se expone a la muerte, enfrentándose con los poderosos políticos y religiosos. Pero no pre-conocía su fin mortal, «ni elaboró ninguna teoría sobre su muerte, ni hizo teología sobre su crucifisión. No interpretó su muerte en una perspectiva sacrificial, entendida como una expiación ofrecida al Padre por el pecado del mundo». Y la última Cena «no es una cena de Pascua», en la que se anticipa el sacrificio de la Cruz y se instituye la Eucaristía y el sacerdocio ministerial, sino «una cena especial de despedida con sus amigos y amigas más cercanos».
Su muerte «no fue cumplimiento de un designio de Dios, ni era inherente a su misión». Los acontecimiento adversos que fueron produciéndose en torno a él durante la vida pública, le llevaron a percibir su muerte «como posible, a columbrarla después como inevitable, a aceptarla como condición de su fidelidad, y finalmente a integrarla como expresión suprema de su condición de mensajero del Reino». Por lo demás, los relatos evangélicos de la Pasión y de la Resurrección no son históricos, ni tampoco tuvieron realidad objetiva las «apariciones» del Resucitado a los discípulos, que han de entenderse más bien como experiencias espirituales interiores de los creyentes.
Et sic de cæteris. No necesidad de la oración de petición, ni del cumplimiento de los preceptos de Dios. No obligación de obediencia a las leyes de la Iglesia. En realidad Cristo no organiza ninguna jerarquía espiritual entre sus seguidores, ni piensa en formar una gran institución religiosa, la Iglesia, diferente del Israel de Dios. Por tanto, cualquier ley eclesiástica, toda obligación de ley para la salvación, es una judaización del cristianismo verdadero. La misma Misa dominical es algo puramente optativo, un recuerdo piadoso de Jesús, pero en el fondo no es un rito necesario para la vida cristiana. Como tampoco son necesarios los sacramentos, concretamente el de la penitencia. Y los dogmas de la Iglesia no sólo pueden cambiar, sino que deben cambiar, ajustándose en diálogo permanente con la cultura del mundo, que se desarrolla en los siglos.
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Muchos paganos a partir del siglo IV se acercaron al cristianismo por la puerta del arrianismo. Y por esa puerta arriana muchos católicos salen hoy de la Iglesia. Han oído o leído a los neoarrianos católicos, y se han dicho: «éste es el cristianismo verdadero, y no el duro y dogmático de la Iglesia, que profesa doctrinas increíbles y que predica exigencias morales imposibles de vivir». De este modo, siendo en realidad apóstatas, algunos permanecen aparentemente en la Iglesia –algunos incluso se hacen catequistas, de ésos que no van a Misa los domingos–, y piensan que ellos son los verdaderos cristianos, adultos y libres de tabúes míticos: se quedan así en un cristianismo falso y ambiguo, horizontal, secularista y pelagiano, sin oración y sin gracia, sin culto a Dios y sin sacramentos, totalmente desconectado de la Sagrada Escritura, de la Tradición y del Magisterio apostólico. Otros hay que, oyendo a los neoarrianos, abandonan simplemente la Iglesia Católica, volviéndose sus peores enemigos. Por eso, al grave diagnóstico de este artículo, hemos de añadir finalmente que la religiosidad de los arrianos antiguos –paganos conversos– era incomparablemente mayor que la de los arrianos actuales –cristianos apóstatas–.Corruptio optimi pessima.
Fuente: Sacerdote José María Iraburu