jueves, 26 de septiembre de 2013

HERMANOS PROTESTANTES +5 VERACIDAD DE LA IGLESIA

Imagen modificada por el autor de este blog

¿Quién dice la verdad?

1. Algunos dicen que la Iglesia Católica terminó con Constantino (285-337), con el 'Edicto de Milán' el cual se publicó en el año 313, donde permitía a la Iglesia practicar abiertamente. Otros dicen que es cuando la Iglesia comenzó.
R. Ninguno tiene la razón. La Iglesia Católica es la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo y Él garantizó su eternidad, Mateo 28:20, y es sin duda la verdad, 1Timoteo 3, 15. Ahora, si alguno de los argumentos en cuestión fuera verdadero, ¿no crees que los Padres de la Iglesia lo hubieran mencionado en algún sitio? Pregúntales a quienes dicen esas cosas que te muestren un documento que lo pruebe.

2. ¿De dónde viene el origen de la palabra?
R. Viene del griego Katholikós, que luego se latinizó en Catholicus.

3. ¿Cuál es el significado de la palabra?
R. Significa 'Universal', que en sí misma significa 'en relación a lo que afecta al mundo entero y a toda la gente en él'. Esto quiere decir: abarcando generalmente todo, por tener todos los medios necesarios para la salvación del mundo. En fin, abarca toda la gente de todos los lugares, teniendo todo lo necesario para todos los tiempos. “La palabra católico (del griego katholikos, 'universal') se utiliza para designar a esta Iglesia desde su periodo más temprano, cuando era la única cristiana”.

4. ¿Pero es Bíblica?
R. Sí lo es. Está en Mateo 28:19-20: “Vayan y hagan discípulos en todas las naciones... enséñenles a cumplir todo lo que les he ordenado; además yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. Esta es una declaración de la Universalidad, Katholicos, Catholicus, Católica; que proviene del latín Idioma usado en tiempos antiguos, uno de los que se utilizó para escribir Rey de los judíos en la cruz (Jn, 19:20). También varias Epístolas del Nuevo Testamento utilizan esta palabra como en las Epístolas y Cartas como la Epístola Católica de San Pedro y otras. Pero en las Biblias protestantes esta traducida por “universal”.

5. He escuchado que la palabra 'Católica' no fue usada sino hasta cientos de años después de que Jesucristo fundó Su Iglesia.
R. No es cierto. El primer indicio del uso de la palabra que pude encontrar, está en la carta a los 'Smymeans', de San Ignacio de Antioquía (del 107 d.C.), párrafo 8: "Cuando el arzobispo aparece, deja ser a la gente como es, donde está Jesucristo, allí está la Iglesia Católica" Indudablemente la palabra se utilizaba antes de la época de esta escritura.

6. ¿Qué han dicho los PADRES DE LA IGLESIA?
R. Los Padres de la Iglesia, por su gran vida de santidad, y cercanía cronológica con Jesús, nos darán luces respecto a cual Iglesia es la Verdadera. Nótese que las fechas, atraviesan un siglo antes y después de Constantino. Esto es tomado de "La Fe de los Padres de nuestros tiempos", libro Por William A. Jurgens.

Iglesia Católica
Ignacio, Carta a los Smyrneans 8:1-2. J65. 106 DC
Martirio de San Policarpio16:2. J77, 79, 80a, 81a, 155DC 
Clemente de Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435, 202DC 
Cipriano, Unidad de la Iglesia Católica 4-6. J555-557, 251DC
Cipriano, Carta a Florentino 66:69:8. J587, 254DC Lactantius, Instituciones Divinas 4:30:1. *J637, 304DC
Alejandro de Alejandría, Cartas 12. J680, 324DC
Anastasio, Carta en el Concilio de Nicea 27. J757, 350DC 
Anastasio, Carta a Serapio 1:28. J782, 359DC
Anastasio, Carta al Concilio de Rimini 5. J785, 361DC
Cirilo de Jerusalem, Lecturas Catequéticas 18:1. J836-*839, 350DCDámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u, 382DC Serapio, El Sacramental13:1. J1239a, 350DC 
Pacian de Barcelona, Carta a Sympronian 1:4 J1243, 375DC Agustín, Carta a Vicente el Rogatist 93:7:23. J1422, 408DCAgustín , Carta a Vitalis 217:5:16. J1456, 427DC 
Agustín, Salmos 88:2:14, 90:2:1. J1478-1479, 418DC Agustín, Sermones 2, 267:4. *J1492, *J1523, 430DC Agustín, Sermon a los Catecúmenos en el Credo 6:14. J1535, 395DC
Agustín, La verdadera Religión 7:12+. *J1548, *J1562, J1564, 390DC
Agustín, Contra la Carta de Mani 4:5. *J1580-1581, 397DC
Agustín, Instrucción Cristiana 2:8:12+. *J1584, J1617, 400DC
Agustín, Bautismo 4:21:28+. J1629, J1714, J1860a, J1882, 411DCAgustín, Contra los Pelagians 2:3:5+. *J1892, *J1898, 421DC
Inocencio I, Carta a Probus 36. J2017, 417DCFulgencio de Ruspe, Perdón de los Pecados 1:19:2, J2251-2252, 517DC

Antigüedad de la Iglesia
Hermas, El Pastor Vis 2:4:1. J82 Siglo I-II
Anónimo Segunda Carta de Clemente a los Corintios 14:2. J105
Clemente de Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435
Agustín, Carta a Deogratias 102:15. J1428
Agustín, Salmos 90:2:1. J1479
Agustín, Predestinación de Santos 9:18. J1985
Gregorio I, Carta a Juan 5:44:18. J2295 595DC

La Iglesia por siempre (Perpetua)
Clemente, Carta a los Corintios 42:1,64. J20, 29a 80DC Anónimo, Segunda Carta de Clemente a Roma 14:2. J105
Cipriano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556
Cipriano, Carta al Lapsed 33:27:1. J571
Hilario, La Trinidad 7:4. J865 Agustín, Salmos 90:2:1. J1479 Agustín, Sermón a Catecúmenos 6:14. J1535

Fundación de la Iglesia
Clemente, Carta a los Corintios 42:1. J20
Hermas, El Pastor Vis 2:4:1-3:5:1. J82-84 140DC 
Anónimo, Carta de Clemente 14:2. J105
Ireneo, Contra Herejes 3:16:6. J217a
Tertullian, Demurrer Contra los Herejes 9:3. J289
Clemente of Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435 202DC
Cirpiano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556
Cipriano, Carta al Lapsed 33:27:1. J571
Hilario de Poitiers, La Trinidad 7:4. J865
Agustín, Homilías sobre Juan 9:10. J1814

La Iglesia asentada en Roma
Clemente, Carta a los Corintios, Direcciones. J10a 80DC 
Ignacio, Carta a los Romanos, J52
Ireneo, Contra Herejes 3:3:3. J210-211
Cirpiano, Carta a Cornelio 59:55:14. J580
Concilio de Constantinopla, Canon3. J910d
Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u
Optatus de Melvis, Cisma de Donatists 2:2. J1242

Unidad de la Iglesia
Didache 4:3. J1b Ignacio, Carta a los Filipenses 3:2. J56
Tertullian, Demurrer Contra Herejes 20:4. J292
Cirpiano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556

Iglesia Universal
Didajé, 9:1,10:1. J6, 7
Clemente, Carta a los Corintios 5:1. J11
Ignacio, Carta a los Efesios 3:2. J38
Martirio de San Policarpo, Direcciones. J77, 79, 81a
Hermas, El Pastor Par 9:17:4. J93
Anónimo, Carta a Diogenetus 6:1. J97a
Arístides of Atenas, Apología 15. J112
Justino Mártir, Dialogo con Trypho 110. J144
Ireneo, Contra Herejías 1:10:1. J191, 192, 215, 257
El Muratorian Fragmento. J268
Tertullian, Contra los Judíos 7:4. J320a
Clemente de Alejandría, Exhortación a los Griegos10:110:1. J405
Cirilo de Jerusalem, Lecturas Catequéticas 18:23. J838
Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u

LG14: El sagrado Concilio fija su atención en primer lugar en los fieles católicos. Y enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia. El mismo, al inculcar con palabras explícitas la necesidad de la fe y el bautismo (cf. Mc 16,16; Jn 3,5), confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta. Por lo cual no podrían salvarse aquellos hombres que, conociendo que la Iglesia católica fue instituida por Dios a través de Jesucristo como necesaria, sin embargo, se negasen a entrar o a perseverar en ella. A esta sociedad de la Iglesia están incorporados plenamente quienes, poseyendo el Espíritu de Cristo, aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella, y en su cuerpo visible están unidos con Cristo, el cual la rige mediante el Sumo Pontífice y los Obispos, por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos, del gobierno y comunión eclesiástica. No se salva, sin embargo, aunque esté incorporado a la Iglesia, quien, no perseverando en la caridad, permanece en el seno de la Iglesia «en cuerpo», mas no «en corazón». Pero no olviden todos los hijos de la Iglesia que su excelente condición no deben atribuirla a los méritos propios, sino a una gracia singular de Cristo, a la que, si no responden con pensamiento, palabra y obra, lejos de salvarse, serán juzgados con mayor severidad. Los catecúmenos que, movidos por el Espíritu Santo, solicitan con voluntad expresa ser incorporados a la Iglesia, por este mismo deseo ya están vinculados a ella, y la madre Iglesia los abraza en amor y solicitud como suyos.

LG16: Por último, quienes todavía no recibieron el Evangelio, se ordenan al Pueblo de Dios de diversas maneras. En primer lugar, aquel pueblo que recibió los testamentos y las promesas y del que Cristo nació según la carne (cf. Rm 9,4-5). Por causa de los padres es un pueblo amadísimo en razón de la elección, pues Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación (cf. Rm 11, 28-29). Pero el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero. Ni el mismo Dios está lejos de otros que buscan en sombras e imágenes al Dios desconocido, puesto que todos reciben de El la vida, la inspiración y todas las cosas (cf. Hch 17,25-28), y el Salvador quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4). Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios. Cuanto hay de bueno y verdadero entre ellos, la Iglesia lo juzga como una preparación del Evangelio y otorgado por quien ilumina a todos los hombres para que al fin tengan la vida. Pero con mucha frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se envilecieron con sus fantasías y trocaron la verdad de Dios en mentira, sirviendo a la criatura más bien que al Creador (cf. Rm 1,21 y 25), o, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo, se exponen a la desesperación extrema. Por lo cual la Iglesia, acordándose del mandato del Señor, que dijo: «Predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15), procura con gran solicitud fomentar las misiones para promover la gloria de Dios y la salvación de todos éstos.

AG7: La razón de esta actividad misional se basa en la voluntad de Dios, que "quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el Hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos", "y en ningún otro hay salvación". Es, pues, necesario que todos se conviertan a El, una vez conocido por la predicación del Evangelio, y a El y a la Iglesia, que es su Cuerpo, se incorporen por el bautismo. Porque Cristo mismo, "inculcando expresamente por su palabra la necesidad de la fe y del bautismo, confirmó, al mismo tiempo, la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por la puerta del bautismo. Por lo cual no podrían salvarse aquellos que, no ignorando que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia Católica como necesaria, con todo no hayan querido entrar o perseverar en ella". Pues aunque el Señor puede conducir por caminos que El sabe a los hombres, que ignoran el Evangelio inculpablemente, a la fe, sin la cual es imposible agradarle, la Iglesia tiene el deber, a la par que el derecho sagrado de evangelizar, y, por tanto, la actividad misional conserva íntegra, hoy como siempre, su eficacia y su necesidad. Por ella el Cuerpo místico de Cristo reúne y ordena indefectiblemente sus energías para su propio crecimiento. Los miembros de la Iglesia son impulsados para su consecución por la caridad con que aman a Dios, y con la que desean comunicar con todos los hombres en los bienes espirituales propios, tanto de la vida presente como de la venidera. Y por fin, por esta actividad misional se glorifica a Dios plenamente, al recibir los hombres, deliberada y cumplidamente, su obra de salvación, que completó en Cristo. Así se realiza por ella el designio de Dios, al que sirvió Cristo con obediencia y amor para gloria del Padre que lo envió, para que todo el género humano forme un solo Pueblo de Dios, se constituya en Cuerpo de Cristo, se estructure en un templo del Espíritu Santo; lo cual, como expresión de la concordia fraterna, responde, ciertamente, al anhelo íntimo de todos los hombres. Y así por fin, se cumple verdaderamente el designio del Creador, al hacer al hombre a su imagen y semejanza, cuando todos los que participan de la naturaleza humana, regenerados en Cristo por el Espíritu Santo, contemplando unánimes la gloria de Dios, puedan decir: "Padre nuestro".

Fuente: Vaticano e Iglesia Católica Dulce Hogar

DIOS LOS BENDIGA