miércoles, 4 de septiembre de 2013

CATENA ÁUREA +1

Imagen modificada por el autor de este blog


La Catena Áurea (o cadena dorada) es un tipo de escrito, fundamentalmente de origen medieval, en el que el autor utilizaba glosas o explicaciones sobre los distintos textos de los Evangelios o de todo el Nuevo Testamento para ilustrar los pasajes evangélicos de manera que fuera más comprensible el mensaje que contienen. La Catena Áurea más conocida es la que compuso Santo Tomás de Aquino. En ella, sobre la base de los textos de los Evangelios, compiló citas de los Padres de la Iglesia relativos a cada pasaje evangélico, de manera que consultando un determinado pasaje, por libro, capítulo y versículo, puede accederse a lo que diversos Padres de la Iglesia escribieron sobre él.


A) La escritura de forma literal:

“Las divisiones sociales por causa de la fe”.

Caso 1: El Padre contra el hijo y el hijo contra el Padre. El hijo se hace evangélico y ataca al Papá o a la Mamá que son católicos. ¿Por qué adoras imágenes? ¿Por qué le crees a los curas? ¡Los curas son los más pecadores! ¡No necesitas confesarte, habla con Dios directamente! ¡Cristo no está en la hostia! ¡La Iglesia está corrompida! Y se genera la división. (El Papá es cristiano, él tiene derecho a defender su fe).

Caso 2: La Madre contra la hija y la hija contra la Madre. La hija se consigue un moscorrofio marihuanero mechiparado, que le cae a la mamá como un vomitivo. La mamá intuye que ese muchacho sólo quiere aprovecharse de la hija y dejarla embarazada, la hija piensa que su mamá es egoísta, que no la comprende, que la sobreprotege y no la quiere dejar hacer su vida ni ser feliz. (La mamá tiene razón, por lo general el Espíritu Santo siempre inspira a las madres con su sexto sentido).

Caso 3: La suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra. El hijo inmaduro siempre que tiene problemas con su esposa se va a quejar con su mamá, y la mamá alcahueta viene a darle “consejos” a la nuera para que atienda bien a su hijito. La nuera se indigna de que la suegra sea tan metiche y la pone en su sitio. Discuten y comienza la separación. (De ahí se entiende de donde viene la palabra “nuera”… nu-era lo que yo quería para mi hijo! ¿Y cómo se dice “estorbo” en alemán? —Suegra!) (La nuera tiene razón, una madre no se debe meter “directamente” en el matrimonio de sus hijos, y mucho menos para alcahuetear al hijo).

Caso 4: En caso que la Patria fuera considerada nuestra Madre, o quizás como hoy sucede nuestra “Madrastra”: Un gobierno que quiere aprobar e institucionalizar leyes injustas y depravantes de la naturaleza humana como el aborto, las uniones homosexuales, la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, la eutanasia, la legalización de las drogas, la permisividad moral, la impunidad, la corrupción, etc. En lugar de unir… genera la división de los Colombianos inteligentes, rectos, morales y católicos que por ningún motivo daremos nuestro brazo a torcer! (Porque tenemos el derecho y el deber de obedecer a Dios antes que a los hombres y buscar el verdadero bien para la gente).

Son divisiones que vienen por causa de Jesús:  

San Juan Crisóstomo, Ubi sup: «Si Jesús hubiese sido un puro hombre, ¿cómo hubiera podido pensar que los padres habían de amarlo más que a sus hijos, los hijos más que a sus padres, los maridos más que a sus mujeres, los ciudadanos más que a sus gobernantes y esto no en una casa o cien, sino en todo el mundo? Y no sólo predijo esto, sino también lo enseñó con la obra. Jesús es Dios».

Benedicto XVI: Lucas: “vine a traer la división”.  Mateo: “vine a traer la espada”. La paz que trae Jesús no es “ausencia de conflictos” sino al contrario, la paz de Jesús es fruto de una lucha constante contra el mal y el maligno (Satanás). El verdadero cristiano encontrará oposiciones, sufrirá incomprensiones y hasta persecuciones. Y puede convertirse, sin buscarlo, en causa de división incluso en el seno de su propia familia. (La injusta persecución a Jeremías por decir la verdad=  1ª. Lectura) El amor a los padres es un mandamiento sagrado pero no se debe anteponer al amor a Dios y a Cristo, sólo así seremos eficaces “instrumentos de su paz” (San Francisco de Asís).


B) La escritura de forma espiritual o mística:

“Las divisiones interiores por causa de la fe”

- Nosotros éramos carnales y venimos de la tierra. Somos terrenos y mundanos.
Jesucristo nos trajo el Espíritu Santo que es llamado “FUEGO” en la Escritura (La columna en el desierto, el holocausto y el carro de Elías, las lenguas en Pentecostés).
Con esto comenzamos a ser “espirituales”, pero se ha generado una múltiple guerra dentro de nuestra casa: tres contra dos y dos contra tres.
La casa somos nosotros mismos en guerra por dentro.

Dos (2) son: El alma y la razón.
Tres (3) son: El cuerpo, el apetito concupiscible y el apetito irascible.

Cuando el alma por la razón manda y el cuerpo obedece hay paz. Pero cuando por la concupiscencia o la irascibilidad el cuerpo se rebela, le hace guerra al alma. Porque la razón se inclina a los afectos nobles, mientras que la carne trata de ablandar a la razón.
Cuando una persona “vive en paz” (paz falsa) con sus vicios, en su casa (él mismo), no hay división. Vive feliz en el pecado y ni siquiera se da cuenta.
Cuando se decide a santificarse el cuerpo y el alma renovados por el fuego del Espíritu Santo, comienzan una guerra interior, la carne se duele de haber engendrado como hijos a los zarzales del pecado y se separa de estos hijos (los pecados) y los hijos se rebelan cuando sus padres (cuerpo y alma) abandonan sus antiguos vicios y ponen orden y disciplina en su casa; así como un adolescente rehuye la disciplina de una casa seria.
¡La casa también pueden ser nuestros 5 sentidos en guerra!
Dos (2) son: La vista y el oído.
Tres (3) son: El gusto, el tacto y el olfato.

 - Si por las buenas cosas que vemos o que oímos (ejemplos, sermones, oración) rechazamos las voluptuosidades superfluas del cuerpo que se perciben por el gusto (trago-licor), el olfato (perfumes y seducciones) y el tacto (lujuria y placeres efímeros); entonces dividimos los sentidos y generamos la guerra, pero si ganamos la batalla, pronto cuerpo y alma estarán en paz, tal como Dios los ha creado antes del pecado original, en el estado de Justicia Original del Paraíso donde todas las pasiones estaban sometidas perfectamente a la razón.

¡ESTA GUERRA VALE LA PENA Y CRISTO LA QUIERE ENCENDER!

GUERRA CONTRA LAS INJUSTICIAS
GUERRA CONTRA LOS QUE DESTRONAN LA VERDAD
GUERRA CONTRA LOS QUE QUIEREN ENGAÑAR PARA HACER MÁS DINERO
GUERRA CONTRA NUESTROS PECADOS, ESPECIALMENTE CONTRA EL ODIO, INCLUSO CONTRA EL ODIO HACIA NUESTROS ENEMIGOS POR QUIENES DEBEMOS ORAR Y A QUIENES JESÚS NOS MANDÓ AMAR, ES DECIR, HACER EL BIEN Y RESCATAR…

JESÚS FUE A LA CRUZ (bautismo de sangre) PARA QUE SE DESATARA ESTA GUERRA HASTA EL FIN DEL MUNDO… PORQUE SÓLO ESTA GUERRA TRAERÁ LA PAZ.

“¡QUIERO LA PAZ! ¡NO PECO MÁS!” 

¡ÉL QUIERE QUE TODOS LUCHEMOS CONTRA NUESTROS VICIOS PARA QUE ALCANCEMOS LA PAZ VERDADERA Y QUIERE QUE LUCHEMOS A MUERTE.

(Dice el Apóstol en la 2da. Lectura: “hasta ahora no habéis llegado hasta el derramamiento de sangre en vuestra lucha contra el pecado. Quitémonos el pecado que nos ata y corramos la carrera para nosotros preparada, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y lleva a la perfección la fe”.)

 LA PAZ ESPIRITUAL ES FRUTO DE MUCHAS BATALLAS INTERIORES.

¡JESÚS NO ERA PIRÓMANO…
SINO QUE VINO A TRAER UN FUEGO ESPIRITUAL A LA TIERRA!

San Gregorio Magno, sup. Ezech., hom. 12: “El fuego se manda a la tierra cuando el soplo abrasador del Espíritu Santo libra al espíritu humano de sus deseos carnales. Llora lo malo que ha hecho cuando es inflamado en el amor espiritual y así arde la tierra cuando el corazón del pecador se consume en el dolor de la penitencia, acusado por su conciencia”.

¿Qué tipo de fuego vino a traer? ¡EL ESPÍRITU SANTO! AMOR DE DIOS, FUEGO DE DIOS, PORQUE DIOS ES FUEGO DEVORADOR Y EL AMOR  DE DIOS ES COMO EL FUEGO, TORRENTE DE LLAMAS QUE ES EL ESPÍRITU SANTO (“LLAMA DE AMOR VIVA” San Juan de la Cruz) SAETA ARDIENTE DE YAHVÉ (Cantar de los Cantares), FUENTE Y PATRÓN DE LA VIDA MÍSTICA (Arintero y Royo Marín).

Domingo XX del Año C
Fuente: Un Sacerdote M.S.A.