viernes, 13 de diciembre de 2013

ABORTO +6

Mitos y Realidades del Aborto (I)

1 MITO

Nadie está a favor del aborto..., pero en ocasiones es la única salida.

REALIDAD. Este mito halaga a los oídos, pero no es verdadero. Afirmando que se es consciente de la realidad del aborto se pretende justificar como la única salida a la angustiante situación que supone un embarazo no deseado y se hace caso omiso de que la peor angustia para una mujer vendrá después del aborto.

La Dra. Maria Simon, psicóloga en la Clínica Ginecológica Universitaria de Würzburg (Alemania), ha realizado un estudio de las consecuencias psíquicas del aborto. La propia autora expone los resultados de esta investigación. Señala que tras un aborto se acumulan las siguientes consecuencias psíquicas: sentimientos de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas. Frecuentemente estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como alteraciones del ritmo cardiaco o de la tensión arterial, migraña, trastornos del aparato digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente tras el aborto y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como tema niños pequeños muertos. Al 52% de las encuestadas les molesta ver a mujeres embarazadas porque les recuerdan sus propios hijos abortados. En el 70% de las mujeres surge una y otra vez el pensamiento de cómo serían las cosas si el niño abortado viviera ahora. Además, las encuestas arrojan proporciones de hasta 50% de uniones que se rompen después de un aborto [2] .

A semejante conclusión llegó el Dr. Nathanson. La mujer que se sometía a este procedimiento, pasado el tiempo, presentaba síntomas no sólo en su aspecto físico (cefalea, gastralgia, etc.) sino también en el emocional (insomnio, crisis de angustia, crisis depresivas, abuso de alcohol, frigidez, etc.). Lo mencionado hasta aquí se hace tomando en cuenta que la experiencia del aborto provocado puede generar dos posibilidades: ningún efecto psicopatológico o algún efecto. En el primer caso se tratará de pacientes con cierto grado de insuficiencia psíquica o trastorno de la personalidad de tipo sociopático, y que por lo mismo, les falta conciencia de su propia conducta y de su trascendencia. En cambio la experiencia del aborto provocado en una personalidad normal, se asocia negando la culpa. Ante un caso de Síndrome post-aborto (SPA), se impone la actitud terapéutica y comprensiva, así como la ayuda espiritual [3] .

Un estudio financiado por el gobierno de Finlandia confirmó que las mujeres que se someten a un aborto corren cuatro veces más el riesgo de morir que las que continúan su embarazo y dan a luz. El estudio analizó más de nueve mil casos. El médico David C. Reardon, encargado de la investigación, explicó que "se trata de un estudio impecable, basado en informaciones verídicas" que "confirma que el hecho de que el aborto sea más peligroso que el parto, no es algo que pueda dudarse". Los investigadores de la unidad de análisis estadístico del National Research and Development Center for Welfare and Health examinaron los certificados de defunción de todas la mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años de edad) que murieron entre 1987 y 1994, es decir unas 9,129 mujeres. Luego, examinaron la base de datos nacional para identificar cualquier evento relacionado con el embarazo ocurrido en el año previo a la muerte. Los investigadores encontraron que en comparación con las mujeres que llevaron su embarazo hasta el final, las que abortaron en el año previo a su muerte fueron: 60 % más propensas a morir por causas naturales; siete veces más tendientes al suicidio; cuatro veces más propensas a morir en accidentes; y 14 veces más propensas a ser víctimas de un homicidio. Los investigadores creen que el alto índice de muertes relacionadas a accidentes y homicidios está relacionado a las tasas más altas de conductas suicidas o de alto riesgo. Reardon, que publicó un artículo al respecto en la revista Post-Abortion Review, denunció que "aunque este importante estudio fue publicado por el medio más importante de la medicina escandinava, fue completamente ignorado por la prensa estadounidense". "Todo el cuerpo de la literatura médica muestra claramente que el aborto sólo perjudica la salud física y mental de las mujeres", aseguró Reardon. "A las mujeres se les oculta esto. Nadie les dice que dar a luz mejora la salud femenina, no sólo en comparación con las que han abortado sino con las que no han resultado embarazadas", agregó. "Si los que promueven el aborto son en realidad gente pro-choice (pro-opción), permitirían que las mujeres conozcan los riegos reales del aborto [4] .

Así pues, el recurso al aborto no significa una verdadera solución, sino todo lo contrario, posteriormente se convierte en un grave problema.

Por otra parte, siempre existen alternativas menos violentas que el aborto. A este respecto, las estadísticas nacionales del Centro de Ayuda a la Mujer, después de 11 años de atención han llegado a la mismo conclusión.

Las razones por las que una mujer decide recurrir al aborto son las siguientes:
  1. 51.6% sociales
  2. 22.8% económicas
  3. 14.3% familiares
  4. 5.7% salud
  5. 3.3% personales
  6. 2.2% violación

Las ayudas que se les ofrecen para salir adelante de su problema sin poner en riesgo su propia vida y la de su hijo son: orientación educativa sobre el valor de su persona y autoestima, despensas, bolsa de trabajo post-parto, media beca para atención prenatal y parto en instituciones públicas y privadas, albergue y respaldo frente a la familia, canalización a instituciones de salud y atención de embarazos de alto riesgo, asistencia psicológica para el tratamiento del síndrome post-violación y canalización a organismos que pueden dar en bebés en adopción [5] .

Gracias a esas ayudas se han podido salvar de la muerte a cientos de bebés, pues habitualmente las madres optan por su hijo.

Pero aun así, algunas personas estimulan a las mujeres a optar mejor por el aborto, presentándolo como el camino "más fácil" o como la "única salida". Sin embargo esas mismas personas ignoran o parecen olvidar, que el aborto no es la "única salida", sino la "peor salida".

2 MITO

Debería permitirse el aborto ante un embarazo no deseado, porque trauma a la mujer.

REALIDAD. La experiencia ha demostrado que si se le deja nacer, muchos hijos no deseados se convierten en muy queridos. Es probable, incluso, que nosotros mismos al principio no fuimos unos hijos deseados, pero sí acogidos.

Stan Sinberg confiesa en The Baltimore Sun estar perplejo, como partidario del derecho al aborto, desde el día en que supo que él estuvo a punto de ser abortado: en una reunión su propia madre le confesó que al enterarse que estaba embarazada, intentó abortarlo; su padre dijo que trataría de encontrar a alguien que realizara el aborto y al no encontrarlo -o no buscarlo-, lo tuvieron. Así pues, él debía su existencia a una legislación social a favor de la vida; vive gracias a que su mamá no tuvo el derecho al aborto [6] . ¡Cuántos deberán su vida a una legislación así! No es fácil averiguarlo.

La mujer que acude a una clínica de abortos, puede tener seguridad de que no le informarán bien acerca de los traumas que podrá sufrir años más tarde, si toma la decisión de abortar.

Pero en el fondo, en muchos partidarios del aborto existe el convencimiento de que toda inclinación, si es acogida, tiene derecho a que se satisfaga, independientemente de si es justa o no la pretensión, y eso no es válido. Así por ejemplo, ante el deseo que alguien pueda tener de matar a su vecino, no debe llevarse a la práctica tan sólo porque se contrapone al gusto de aquél de conservar su vida, sino en primer lugar porque es injusto hacerlo. Por tanto, ¿con qué derecho se niega la vida a quien no ha cometido ningún delito?

3 MITO

El embrión es sólo una masa de células. La vida propiamente humana inicia a partir de que se registra actividad cerebral, y en el feto esto se da pasados muchos meses.

REALIDAD. La biología moderna enseña que los progenitores están unidos a su descendencia por un eslabón material que es el DNA. En cada célula reproductora, este filamento de un metro de longitud aproximadamente, está cortado en piezas (23 en el ser humano). Cada segmento está cuidadosamente enrollado y empaquetado (como sucede en un casete), de tal manera que al microscopio aparece como un bastón, un cromosoma [7] .

Es exclusivo de los seres humanos poseer 23 pares de cromosomas en las células.

La genética enseña que desde el momento de la fecundación existe un ser humano con todo el material genético que se va a desarrollar a lo largo del tiempo; algo semejante a como en una cinta de casete que tiene modificaciones físicas y hace que al colocarlo en un aparato de casetes se escuche el jarabe tapatío, aunque ni la cinta, ni el aparato tengan un mariachi, ni guitarras, ni trompetas.

Edad aproximada y características
  • 1 día.- 1 célula con 23 pares de cromosomas al unirse las células germinales
  • 3-4 días.- Se traslada hacia el útero
  • 5-9 días.- Se implanta por sí mismo en el útero
  • 10-15 días.- Suspende el ciclo menstrual de su madre, mide tan sólo 2 mm
  • 20 días.- Se establecen el cerebro, el sistema nervioso y la columna vertebral
  • 21 días.- El corazón empieza a latir, y continuará latiendo hasta la muerte
  • 28 días.- Se forman músculos y se manifiestan brazos y piernas
  • 30 días.- Es 10,000 veces más grande que la célula primera, ahora mide 4.5 mm
  • 40 días.- Se detectan las ondas del cerebro
  • 42 días.- Comienza a producir células sanguíneas. Sería la segunda menstruación de la madre de no estar embarazada
  • 60 días.- Mide 3 centímetros, tiene impulsos eléctricos cerebrales

Aceptar el que tras la fecundación, un nuevo ser humano ha comenzado a existir, no es cuestión de gusto u opinión ¿puede alguien sostener seriamente que lo que hoy es humano, ayer que estaba en el útero no lo era? Lo que se extrae del útero cuando se realiza un aborto ¿es una cosa o un ser viviente? Y si es ser viviente, ¿a qué especie pertenece?

Y en caso de "duda", la única actitud razonable sería cuidar el embarazo, y no destruirla. Así por ejemplo: si alguien va de cacería con un amigo y escucha un ruido, no disparo, ante la duda de si es un jabalí o su compadre que ronca muy parecido.

No existe un ser humano adulto que no haya pasado antes por ser embrión, feto y bebé. Por eso se dice que si el vientre de la madre fuera transparente, el aborto provocado se vería de otra manera.

El sentido común -que no necesita conocimientos científicos- nos dice que lo que se lleva en el seno materno es algo vivo, sin embargo algunos dudan de que se trate de un ser humano, pero, ¿si no es un ser humano, qué tipo de ser es?, si no se tuviera la convicción de que es un ser humano ¿por qué los pro-abortistas buscan que se interrumpa su crecimiento? y ¿por qué todo el mundo espera el nacimiento de un ser humano?

La experiencia demuestra que sí es un ser humano. Al presentarse el parto a nadie se le ocurre llamar a un veterinario por si nace un gorilita, o un cocodrilo; ni se acude a un botánico, por si da a luz una flor de zempazúchitl [8] .

4 MITO

El aborto debe permitirse porque la mujer tiene derecho a disponer de su cuerpo.

REALIDAD. Tratándose del aborto no se está manipulando el propio cuerpo, sino que se acaba con la vida de otra persona sobre la que no tiene derecho, menos aún de eliminarla. Además, el derecho al propio cuerpo tiene sus límites; por ejemplo, no es permitido manejar en estado de ebriedad, venderse como esclavo, o desvestirse en vía pública, y esto ¿por qué? porque ser dueños del propio cuerpo no justifica cualquier acción.

En años recientes, ciencias como la genética, la inmunología y la fecundación in vitro (fivet) lo han demostrado cada una por su cuenta: madre e hijo son seres distintos. De ella recibe alimento y espacio para vivir. En efecto, la posibilidad misma de la fivet representa una prueba contundente de que el embrión no constituye un apéndice de la madre.

A la mujer que ha consentido acabar a su propio hijo, una sociedad permisiva quizá no encuentre gran dificultad en dejar pasar esa acción, lo peor es que ella misma no se lo perdonará fácilmente. Y si efectivamente se sobrepone y hace callar a su conciencia, lo hace a base de insensibilizarse, de destruir su sentido de valores, de desfeminizarse, de deshumanizarse [9] .

De hecho, en principio, ningún tipo de mujer normal persiste en apoyar la muerte de los hijos, en todo caso buscaría otras alternativas no violentas o menos brutales.

En una entrevista a Norma Mc Corvey, la mujer cuyo caso -en el que intervino con el seudónimo de Jane Roe- dio origen a la sentencia del Tribunal Supremo Roe versus Wade (1973), que liberalizó el aborto en E.U.A., comentó que en 1991 empezó a trabajar en una clínica abortista y conoció de cerca la realidad del aborto. En 1995 anunció que había cambiado de mentalidad, y dijo: conozco muy poca gente que pueda presenciar un aborto y después seguir estando a favor de él. Ante la pregunta de si ¿no hay entre ellas personas sinceras que piensan que de esta forma ayudan a las mujeres? contestó: algunas quieren tal vez convencerse de que trabajan por una buena causa, pero para ellas es sólo un debate intelectual. Todo lo que quieren es hacer progresar su causa. Si sintieran verdaderamente algo por las mujeres, intentarían ayudarlas de otra forma [10] .

El caso también es paradógico, porque esta mujer, relacionada con la muerte de millones de no nacidos, nunca ha abortado. McCorvey era una mujer soltera, de 21 años, embarazada por tercera ocasión, pobre e inculta. Cuando la sentencia fue favorable al aborto, ya había nacido su hija, así que la dió en adopción, al igual que las dos niñas anteriores. Ahora está en contra del aborto en cualquier periodo del embarazo [11] .

Cada vez se lucha más contra la violencia intrafamiliar, por lo que se puede preguntar: ¿cabe peor violencia que matar a un hijo en el seno materno?

5 MITO

Que el aborto lo decidan los médicos, ellos saben si es conveniente o no realizarlo en cada caso.

REALIDAD. Los médicos se someten a un largo período de enseñanza superior y práctica técnica. Aprenden a diagnosticar las enfermedades y aportan al enfermo la preparación especializada. Por realizar estos servicios se les compensa con el pago, con un reconocimiento especial y con el privilegio de invadir el cuerpo ajeno con autoridad [12] . Sin embargo, eso no les otorga el derecho a decidir si conviene o no el aborto, pues los intereses para admitirlo pueden ser múltiples.

Desde hace años existe en Estados Unidos el negocio llamado "Industria del aborto". Anualmente se realizan en ese país alrededor de 1.3 millones de abortos y se cobra un promedio de 350 dólares por cada uno. Carol Everett estuvo envuelta en este negocio en el área de Dallas, Texas desde 1977 hasta 1983, como directora de cuatro clínicas y dueña de dos de éstas. En aquél entonces el precio oscilaba entre los 185 y 1,250 dólares según el estado de adelanto del embarazo. Ella personalmente llegó a ganar 150,000 dólares anuales. Más tarde la Sra. Everett se alejó de la industria del aborto por una conversión religiosa [13] .

El ginecólogo norteamericano George Flesh, decidió abandonar la práctica del aborto cuando empezó a sufrir ataques de ansiedad, con náuseas, palpitaciones y vértigo. El mismo explica por qué, en un artículo: "Ya no estaba orgulloso de ser cirujano. Cuando volvía del trabajo y abrazaba a mis hijos, me sentía indigno de que Dios me hubiera bendecido con sus caras sonrientes. Al comienzo de mi ejercicio profesional, una pareja de casados vino y me pidió que les practicara un aborto. Como el cuello uterino de la paciente estaba rígido, no pude dilatarlo para llevar a cabo la operación. Le dije que volviera la semana siguiente, pasada la cual el cuello uterino estaría más blando. La pareja volvió y me dijo que había cambiado de opinión. Les asistí en el nacimiento de su hijo siete meses después. Años más tarde, pude jugar con el pequeño Jeffrey en la piscina del club de tenis del que sus padres y yo éramos miembros. Era un niño precioso y feliz. Yo estaba horrorizado al pensar que tan sólo un obstáculo técnico me impidió terminar con su vida en formación (...) Todas las mañanas, cuando abrazaba a mis hijos, empezaba a pensar en el aspirador que usaría dos horas después. Era una tensión emocional que no podía aguantar" [14] .

La cuestión del aborto inducido no es algo que deba resolver el médico, del mismo modo que la pena de muerte no es de la competencia de los ingenieros por el hecho de que se use la silla eléctrica.

6 MITO

Está demostrado que permitir el aborto reduce el índice de criminalidad.

REALIDAD. Se ha levantado una polémica después de la noticia de un estudio que afirma los efectos benéficos del aborto para la sociedad. Según informó el International Herald Tribune (10/8/99) dos investigadores: Steven Levitt, economista, de la Universidad de Chicago y John Donohue, profesor de leyes de la Universidad de Stanford, han afirmado que la legalización del aborto hizo disminuir la criminalidad. Dado que la incidencia del aborto durante los años setenta fue desproporcionadamente alta entre las mujeres pobres de grupos de minorías, el número total de jóvenes que podrían tener problemas con la ley es mucho menor. Levitt declaró que el aborto ofrece una alternativa a las madres para no tener hijos que van a enfrentarse a una vida dura. Dado que esos niños habrían nacido en un ambiente de pobreza y carencia de amor maternal, hubieran tenido mayor probabilidad de entrar en conflicto con la policía. El estudio de los dos académicos incluso afirma que el aborto podría haber sido el factor responsable de la mitad de la reducción de la criminalidad de 1991 a 1997. Áreas en donde hubo tasas altas de aborto, han experimentado una disminución más significativa de la criminalidad, según el estudio. Los autores no estaban satisfechos con otras explicaciones como el aumento en el número de personas encarceladas y mayor dureza por parte de la policía para justificar la disminución en los crímenes.Compararon las tasas de aborto de 1973 a 1976 y la criminalidad de 1985 a 1997. Los diez estados con el nivel más bajo de aborto vieron aumentar el número de homicidios en un 16.9% de 1985 a 1997. Mientras que los diez estados con la incidencia más alta de aborto experimentaron una disminución de los homicidios de un 31.5%. En los días posteriores a la divulgación de esa noticia el Pro-Life Infonet publicó diversos estudios con las reacciones a la tesis sobre el aborto y la criminalidad. La directora de un grupo pro-vida en el estado de Massachusetts, Maryclare Flynn, comentó que "es una desgracia sugerir que los 40 millones de niños que han sido abortados desde 1973 habrían llegado a ser criminales. El estudio está dando por supuesto que las mujeres pobres y las de las minorías están criando criminales". Un editorial del periódico Boston Herald criticó el estudio haciendo notar que se encuentra al mismo nivel de las peores afirmaciones de los grupos racistas. El periódico Chicago Tribune hace hincapié en que poco a poco se están eliminando las palabras "trágico" y "lamentable" de las descripciones del aborto y que quizá serán reemplazadas por expresiones como "socialmente útil". Mientras tanto el Christian Science Monitor afirmó que es simplemente preferible disfrutar la buena noticia de un declive en el crimen y no aceptar que alguien se decida a robar un banco simplemente porque su madre no le quería. El London Independent añadió que aún considerando correcto el análisis de los investigadores, de ahí no se puede derivar una política útil. El periódico observa que aunque pudiéramos poner fin al hambre, la pobreza, la miseria y el crimen simplemente abortando a todos, constituiría una idea absurda. Michael Geer, del Instituto de la Familia en el estado de Pennsylvania, describió el estudio como una nueva herramienta contra el crimen, "la pena capital preventiva". Además, mientras que puede ser cierto que algunos criminales potenciales hayan sido eliminados por el aborto Geer se pregunta, "¿a cuántos científicos y genios habremos sacrificado?". Alan Keyes respondió al estudio diciendo que en los años setenta era obvio que el aborto se usaba como una arma contra los negros. Dentro de poco, observó Keyes, los negros perderán su posición como la principal minoría en Estados Unidos, y ésto se debe casi por completo al fenómeno del aborto. El comentarista Cal Thomas recordó que en los setenta el entonces pro-vida líder negro, Jesse Jackson y otros negros consideraban el aborto como un medio empleado por los blancos para reducir los gastos sociales. De esta manera no hace falta alimentar y educar a tanta gente pobre. Es como preguntarnos ¿matar a todos los niños de la calle mejoraría el ingreso per cápita del país? "Esta pregunta tendría un mensaje implícito: calificar al asesinato de antemano como algo bueno o cuando menos un hecho diferente. En el momento de la fecundación se inicia una entidad biológica diversa al padre y a la madre, al igual que después cuando nazca el nuevo ser va a necesitar de un ambiente especial para continuar viviendo, como usted, como yo y como todos los humanos necesitamos oxígeno, agua y alimentos para poder sobrevivir. Concluye el licenciado Juan Bernardi con esta frase: "No cabe preguntarse si el aborto disminuye la criminalidad, porque el aborto mismo es un crimen" [15] .

7 MITO

Que el aborto sea legal por los que sí lo deseen, si alguno no está de acuerdo, que no lo haga, pero no quiera imponer su criterio sobre los demás. Además, el actual régimen legal que penaliza el aborto está en desuso, a nadie se persigue por aborto.

REALIDAD. Las leyes cumplen una determinada función: lograr un Estado de Derecho. Al declarar un precepto como conveniente se postula un criterio social de comportamiento, que, de hecho, puede ir en beneficio o no de los fines de los ciudadanos. En el caso del aborto, es claro que no censurarlo va en perjuicio de la persona humana.

Lo mismo hace el derecho penal, siempre impone convicciones. Cabría incluso afirmar que resultaría inconcebible si renunciara a ello; tan absurdo sería, desde el punto de vista de su objeto, dar paso a la sanción penal sin estar convencido de que el bien protegido lo merezca, como dejar el cumplimiento de sus normas al libre arbitrio de cada sujeto [16] .

Sin embargo, es frecuente escuchar, en cierto ambiente político, que se está a favor de la vida, pero que se apoya el aborto por respeto a quienes mantienen otros puntos de vista. Lo que no mencionan es que ese respeto por la opinión ajena, tiene sus límites, porque ninguno apoyaría una ley que protegiera la vida de todos, pero permitiera a cualquiera privarle de la suya.

El aborto siempre es un acto violento que no debe ser alentado, y quien es indiferente ante la violencia, favorece a quien la ejerce. En este, como en otros casos, quien busca una posición neutral o apoya la libre elección, realmente favorece el aborto. Ese mismo aceptaría que, por ejemplo, en la Alemania Nazi se hubiera hecho este razonamiento: yo soy neutral, pero si tú quieres realizar el genocidio, es asunto tuyo, atente a las consecuencias, pero tú escoge.

Siguiendo la lógica del mito también se podría decir: si tú no quieres violar, no violes, pero no impongas tu criterio sobre los demás, ¿cómo suena esto?

En el caso Dred Scott de E.U.A., la Suprema Corte de Justicia, a través del juez Roger B. Taney confirmó y extendió la esclavitud; declaró que los negros no eran personas y por tanto podían ser esclavos. Actualmente se considera la postura de Taney como la peor decisión constitucional. Pero hay un hecho curioso. Muchos años antes, Taney había liberado a sus propios esclavos. Hoy podríamos decir que estaba personalmente en contra de la esclavitud, pero que no quería imponer sus puntos de vista a otros. La contradicción de Taney -la de oponerse en privado, pero tolerar públicamente una extendida práctica social- es la postura preferida respecto al aborto por los que se declaran pro-choice [17] .

Se dice ser pro-choice, a escoger que muera un inocente. Por eso la pregunta ¿es el aborto una válida elección de la madre? ¿acaso se puede "escoger" la suerte del vecino, de la suegra o del hermano? ¿por qué se ha de poder escoger la suerte del hijo?

La experiencia también demuestra que cuando se pierde el respeto por la vida, fácilmente se trasgrede cualquier derecho. John S. Aird, demógrafo que trabajó casi 30 años en la oficina del Censo de Estados Unidos, comenta que desde 1979 se prohibió tener más de un hijo en China, y que esta política demográfica ha sido aplicada desde con amenazas y multas, hasta abortos y esterilizaciones forzosas[18] .

8 MITO

El aborto es un asunto de la propia conciencia, es una cuestión personal, íntima, en la que ni la legislación, ni la religión, ni nadie, excepto la propia madre, debe intervenir.

REALIDAD. Aunque todos debemos seguir la propia conciencia, el papel de ella no es crear la verdad,; y en lo particular respecto al aborto no es un asunto de la propia conciencia, una cuestión personal, íntima, en la que nadie debe intervenir, porque afecta en concreto a una persona, al no nacido, que es conducido a la muerte.

No hay que perder de vista que quien aborta acaba con la vida, la libertad, la intimidad y la conciencia de otra persona, por eso mismo, cuando se defiende la vida humana del no nacido, no se está en contra de la mujer, sino a su favor, ya que estadísticamente está demostrado que por cada dos abortos, uno era del sexo femenino. Protegiendo la vida desde la concepción se establece que ninguna mujer podrá ser agredida, ni siquiera en el vientre de su madre.

Si se realizan campañas a favor de la conciencia ecológica, cuanto más debemos hacer por los seres humanos.

La Madre Teresa de Calcuta lo entendió y explicó con claridad: promoviendo el respeto al ser humano no nacido como condición para la paz social.

9 MITO

Es preferible abortar cuando el feto presenta alteraciones genéticas o congénitas, pues ¿qué calidad de vida podrán llegar a tener esos niños? Nadie desea un hijo con malformaciones o SIDA.

REALIDAD. Muchos no nacidos fallecen; otros no podrán llegar a la vida adulta porque su naturaleza no está preparada para alcanzarla ¿por qué acabar con ellos intencionadamente?

Gracias a los avances de la técnica aplicada en la medicina se han conseguido adelantos que antiguamente eran inimaginables, y entre ellos está la posibilidad de obtener datos suficientes para pronosticar alguna patología del no ser en gestación. Pero, ¿quién dirá qué enfermedad es definitiva para optar por el aborto?

La Fundación Kennedy presentó una película para mostrar lo terrible que era rechazar a los niños porque estuvieran enfermos. Esta película fue filmada en base a una historia real que sucedió en el hospital John Hopkins de Baltimore. La historia es la siguiente: Poco después del nacimiento de un niño afectado de mongolismo se descubrió que tenía además un estrechamiento en el tubo digestivo que le impedía alimentarse. Esta anomalía condenaba al niño a la muerte, a menos que se le hiciera una operación quirúrgica relativamente sencilla. Los padres rechazaron la intervención. El cirujano se dirigió entonces al juez proponiéndole lo siguiente: si le pido, oficialmente, que me autorice a no hacer caso de la negativa paterna, usted ¿me apoyaría? La opinión del juez fue que los padres tienen el derecho a oponerse a la intervención. Después de esta respuesta el jefe de Pediatría decidió no operar al niño, que fue colocado en una habitación separada con aviso 'Nothing by mouth' (nada por la boca) y tardó quince días en morir de hambre en uno de los mayores hospitales del país más rico del mundo [19] .

Casos muy distintos son los siguientes:

Un fotógrafo reportó una intervención quirúrgica por espina bífida practicada a un feto de 21 semanas de gestación y captó cómo el bebé sacó su pequeñísima mano desde el interior del útero de su madre e intentó sujetar uno de los dedos del médico que lo había intervenido. La pequeña mano pertenece a Samuel Alexander Armas. Los especialistas lo operaron dentro de la matriz para corregir su anomalía. Sus padres, Julie y Alex Armas lucharon durante mucho tiempo por tener un bebé. Julie, una enfermera de 27 años de edad, sufrió dos pérdidas antes de salir embarazada del pequeño Samuel. Sin embargo, cuando cumplió 14 semanas de gestación comenzó a sufrir fuertes calambres y una prueba de ultrasonido mostró las razones. El cerebro de Samuel lucía deforme y la espina dorsal se desprendía de una columna vertebral que también lucía anomalías, el bebé sufría de espina bífida y podían decidir entre un aborto o un hijo con serias discapacidades. Según Alex, el aborto nunca fue una opción. Antes de dejarse abatir, la pareja decidió buscar una solución por sus propios medios y fue así como ambos comenzaron a solicitar ayuda a través de internet. De esta manera, entablaron contacto con el Doctor Joseph Bruner (cuyo dedo es el que sostiene Samuel en la fotografía). La espina bífida puede llevar al daño cerebral, generar diversas parálisis e incluso una incapacidad total. Sin embargo, al ser corregida antes que el bebé nazca, se tienen muchas más opciones de curación. Aunque el riesgo era grande la operación fue un éxito. Durante ella, los médicos pudieron tratar al bebé sin sacarlo del útero, cerrar la brecha originada por la deformación y proteger la columna vertebral, que sirve de camino para las señales nerviosas hacia el cerebro [20] .

Después del nacimiento, los padres de Samuel dirigieron una carta a todos los amigos que en el mundo se unieron en oración por el bebé y adoptaron su conmovedora historia como estandarte de la lucha pro-vida. El texto de la misiva dice: Queridos amigos y familiares: Samuel nació el jueves 2 de diciembre a las 6:25 pm en el Northside Hospital, pesando 5 libras con 11 onzas y midiendo 20 pulgadas y media. Nació a las 36 semanas de gestación pero llegó al mundo asomando su cabeza con un llanto. Samuel no tuvo que pasar por alguna unidad neonatal y llegó a nuestro hogar junto con nosotros el lunes 6 de diciembre. Después de ver un ultrasonido de su cerebro, su neurocirujano se mostró muy optimista porque no presentó rasgo alguno de hidrocefalia y la malformación cerebral quedó resuelta. Está moviendo sus piernas muy bien desde las caderas y con un poco menos de facilidad desde sus rodillas. Estuvo doblado por la mitad en el útero y el ortopedista cree que tiene una muy buena oportunidad para caminar. Comenzará su terapia física la próxima semana para poder superar la rigidez de sus piernas que fue resultado de su posición en el vientre. Samuel se está alimentando muy bien. Gracias por todas sus oraciones y su apoyo. ¡Somos más felices de lo que alguna vez soñamos que era posible ser! Con todo nuestro amor, Julie, Alex y Samuel Armas [21] .

Otro caso muestra a una bebé prematura que estuvo a punto de morir cuando los médicos decidieron desconectar los aparatos que la mantenían con vida porque pensaron que presentaba una anomalía genética grave. Los padres nunca aceptaron el diagnóstico de los médicos. Según los especialistas, su hija padecía de un desorden cromosomático llamado síndrome triploideo que no le permitiría sobrevivir. Los especialistas estaban dispuestos a desconectar los aparatos que aseguraban alimentación y asistencia a la bebé mientras terminaba su crecimiento porque supuestamente la niña tenía los días contados y no "valía la pena" seguir manteniéndola con vida. Los padres decidieron practicarle nuevas pruebas antes de someterla a lo que consideraron una eutanasia. Los nuevos análisis confirmaron sus temores: los médicos iban a matar a una niña sana. El caso ha causado polémica sobre la actitud indiferente de la mayoría de los médicos ingleses ante los no nacidos y los bebés [22] .

Es muy triste enterarse de padres que rechazan a sus hijos por sufrir de alguna discapacidad, así como de médicos que están dispuestos a "mejorar la raza"; sin embargo, también alegra saber que siempre existen personas que acogen como hijo muy querido a un bebé así. Por ejemplo, si se toma el frecuente ejemplo de los niños con sindrome de Down y se les pregunta a los papás, la mayoría de ellos dirá que son hijos muy felices, más aún, que ellos se dicen felices de su hijo.

Niños y adultos con problemas de discapacidad son felices, mantienen la esperanza, y prefieren vivir a no haber nacido nunca. Existen muchos casos que lo confirman.

Así por ejemplo, Jesús Francisco Marroquín Gómez es un buen alumno de quinto año de primaria, juega futbol y baloncesto, tiene muchos amigos, quiere ser doctor y tiene una discapacidad física. Nació con malformaciones múltiples que impidieron el desarrollo de algunas vértebras y de sus piernas, por lo que sus pies, de talla muy pequeña, están unidos a diminutas extremidades fijas en forma de cruz y él se considera una persona feliz [23] .

Y así, entre todos podríamos mencionar miles de casos semejantes. Por todo ello habría qué reconsiderar qué es lo realmente importante, porque se están tomando determinaciones que afectan a la persona humana y no a la cría de ganado.

Si fuera legítimo matar a un ser humano porque corre el riesgo de tener una vida "sin valor", entonces habría que matar a todos los que entren en ese mismo modelo, porque ¿en dónde se sitúa la calidad de vida de una persona? Realmente es algo muy subjetivo. En donde uno es feliz, otro piensa en el suicidio.

En un debate ante la televisión francesa, Lejeune preguntó a Monod: de un padre sifilítico y una madre tuberculosa que tuvieron cuatro hijos; el primero nació ciego, el segundo murió al nacer, el tercero nació sordomudo, y el cuarto es tuberculoso; la madre queda embarazada de un quinto hijo. Ud. ¿qué haría? -Yo interrumpiría ese embarazo- respondió Monod con toda seguridad; a lo que su contrincante le contestó: Tengamos un minuto de silencio, pues Ud. hubiera matado a Beethoven [24] .

Es pues necesario esperar a que cada uno elija su destino, no adelantarse tomando una decisión que no admite rectificación. ¡Valiente ley sería aquella que permite matar al más desvalido y débil, y en el caso, enfermo!

Por tanto, estar a favor del aborto eugenésico conduce a la aberración de suponer que dar muerte a un ser humano es hacerle un favor; como dice el dicho aquél: "mejor no me ayudes compadre".

10 MITO

Sólo las mujeres con recursos económicos que deciden abortar se hacen abortos ilegales en las mejores condiciones, mientras que las demás fallecen o quedan afectadas debido al aborto clandestino mal realizado.

REALIDAD. El argumento de quienes están a favor del aborto para evitar la clandestinidad es: si la madre arriesga la vida por matar a su hijo, démosle permiso para que pueda destruirlo sin arriesgarse.

Autorizar el aborto porque de todas formas se va a realizar clandestinamente, es algo tan absurso como razonar que si un bandido arriesga su vida para robar, será mejor dejarle la puerta abierta y la luz encendida para que no tropiece [25] .

Algo que no se suele decir es que el aborto siempre es peligroso en sí mismo, realizado clandestinamente o bajo manos expertas y con las mejores condiciones de higiene. No existen los "abortos buenos". Algunas consecuencias son: hemorragia, perforación uterina, infección genital, esterilidad permanente, embarazo ectópico, apertura permanente del cuello uterino, perforación de intestino. Además están las perturbaciones psíquicas, más graves y profundas que las anteriores.

Testimonios -como éste-, señalan que el aborto marca para siempre: "No sé por qué lo hice, pero lo que que sí estoy segura es que aún no me recupero de esa experiencia. Las pesadillas no me dejan vivir en paz" [26] .

Los partidarios del aborto mencionan cifras alarmantes de mujeres fallecidas por causa de abortos clandestinos. A ellos habría que preguntarles cuántas mujeres fallecen anualmente, porque sería una locura adoptar la medida jurídica de matar a unos inocentes por un dato impreciso o desconocido.

Diversas organizaciones internacionales de planificación familiar, como el instituto Alan Guttmacher -entidad financiada en gran parte por la International Planned Parenthood Federation (IPPF)-, han difundido datos sobre mujeres fallecidas a causa de los abortos clandestinos en Latinoamérica. Según sus cifras, estos fallecimientos eran cada año 300,000 en México. Sin embargo, el anuario estadístico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desmentido esas cifras. Así por ejemplo, en 1989 fallecieron en nuestro país 172,423 mujeres, de las cuales 21,177 se encontraban en edad fértil, y de esas muertes, la OMS sólo registra 149 en México debidos al aborto, incluidos los espontáneos [27] .

Los datos del INEGI [28] , indican que en 1994 se registraron un total de 181,136 defunciones femeninas. Las 5 principales causas fueron: enfermedades del corazón 16.7%, tumores malignos 13.4%, diabetes mellitus 9.4%, enfermedad cerebrovascular 6.7%, neumonía e influenza 4.9%, sin especificar la edad.

En cuanto a la mortalidad materna, por cada 10,000 nacidos vivos fallecieron 4.9 mujeres en 1994. Las principales causas son: Toxemia del embarazo 27.4%, hemorragia del embarazo 24.1%, complicación del puerperio 10.4%, aborto 6.7%. Niños nacidos vivos en 1994: 2,903,825. Por tanto, por razón de maternidad fallecieron en ese año 1,421 mujeres y de ellas 212 se atribuyeron al aborto, ¿en dónde quedaron las cifras de las otras mujeres fallecidas? ¿quién sostiene esas cantidades? ¿de dónde se obtuvieron?

Ahora bien, no resulta novedoso manipular las cifras para conseguir implantar el aborto, así lo consiguió Bernard Nathanson, el llamado "Rey del aborto" para todo Estados Unidos en 1973. Como él mismo lo declaró una vez cambiada su opinión. En 1968 organizó la "Asociación Nacional para la Revocación de las Leyes del Aborto", y afirmaba que de 10 a 15 mil mujeres morían cada año debido a los abortos clandestinos, cuando de hecho él sabía que eran entre 200 y 300 los casos [29] .

En todo caso, cualquiera que sea la cifra real de mujeres fallecidas por abortos clandestinos, lo único que significaría es que, tanto la sociedad como el gobierno, no hemos sabido ofrecer alternativas para las mujeres que han concebido un hijo no deseado.

La función de la ley es crear un estado de Derecho, si, en cambio, consistiera en consagrar las situaciones de hecho, es claro que no podría ser así sólo en el caso del aborto. Ante la extensión del robo, la violencia, el fraude, las torturas, los secuestros, el acoso sexual, la corrupción de menores (por mendicidad inducida, droga, agresión sexual), la explotación (sordomudos, dementes, lisiados), el maltrato infantil y femenino, el cohecho, el terrorismo, el narcotráfico, etc., al legislador no le quedaría otro camino que declarar legal lo que es ilegítimo ¿por qué en estos casos no se propone que se cambien las leyes para despenalizar los delitos? [30] .

Algunos afirman que mientras el aborto no sea permitido habrá más abortos clandestinos. A esas personas habría qué preguntarles si piensan seriamente que: ¿habrá menos gente que se drogue cuando la droga sea permitida? ¿habrá menos asaltos cuando robar sea legal? ¿se deben entonces legalizar los delitos que el pueblo recurrentemente cometa? En tal caso, en Estados Unidos deberían ir pensando en legalizar que los niños de escuelas de enseñanza básica acribillen a sus compañeros [31] .

Indudablemente que en toda legislación existen preceptos que se deberían cambiar. Quienes apelan a las costumbres para pedir la abrogación de una ley, se debe a que suponen que se trata de una norma circunstancial, y en muchos casos será así. Sin embargo, también existen preceptos inderogables, que hacen posible disfrutar de seguridad jurídica y social: la vida pertenece a esas normas.

Por otro lado, es un hecho que en aquellos países en los que es legal el aborto, continúa la práctica ilegal. ¿Por qué?: para no aparecer como madre soltera; para cubrir una aventura; por odio al padre; porque no se reúnen los requisitos para un aborto legal; o simplemente porque una clínica clandestina resulta ser más barata.

En E.U.A. una niña nació tullida a las 34 semanas de gestación a consecuencia de un aborto ilegal y no consumado. La madre quiso abortar y acudió a un médico que atiende una clínica abortiva ilegal en Nueva York, con el resultado de amputar un brazo a la niña, que sobrevivió a la operación. Al aparecer en los periódicos la foto de la niña, la indignación pública no se hizo esperar sobre el autor del aborto fallido. Sin embargo, lo que este médico hizo es lo que a diario se practica en multitud de abortos legales consumados, sólo que en estos el feto es despedazado. Así pues, cuando el trabajo consiste en matar, el más incompetente hace menos daño [32] .

En México se tiene la experiencia de que los abortos son evitables si se logra explicar a las mujeres que el aborto es el homicidio de su hijo.

"Y es que -comenta el Papa Juan Pablo II-, el no nacido es débil, inerme, hasta el punto de estar privado incluso de aquella mínima forma de defensa que constituye la fuerza implorante de los gemidos y del llanto del recién nacido. Se halla totalmente confiado a la protección y al cuidado de la mujer que lo lleva en su seno" [33] .

11 MITO

El aborto es una buena medida de control natal, ¿para qué traer más gente al mundo?

REALIDAD. La superpoblación no es un problema en México, en cambio sí lo es el nacimiento de niños que nacen fuera de matrimonio (alrededor del 50%) sin formar una familia, como nos lo han indicado los censos.

Para asegurar el recambio generacional en el mundo se necesitan 2.1 nacimientos por pareja. Actualmente existen países en los que su índice de crecimiento es menor, por lo cual empieza a desaparecer su población después de años de estar controlando la natalidad. Es que, como dice la máxima: Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza, nunca.

Algo indicará que en Europa y en Canadá se estén apoyando económicamente a las familias numerosas.
NOTAS
[2] Cfr. "Aborto y angustia" en ACEPRENSA, 139/92, Madrid, España, 28-X-92
* Si deseas conocer más acerca de este tema, comunícate directamente con el autor del libro a la siguiente dirección de internet: oscarf@altavista.net

[3] Cfr. HERNÁNDEZ GÁLVEZ, Dr. Edgar, "Síndrome post-aborto", en http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/galvez.htm1
[4] Cfr. "Aborto es cuatro veces más peligroso que parto, demuestra estudio", en ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 20-VI-00
[5] Cfr. CENTRO DE AYUDA A LA MUJER, Informe de México en el seguimiento Beijing+5 capítulo la mujer y la salud, p. 1 y Estadísticas Nacionales, México, 1989-1999,
[6] Cfr. " Contento de estar aquí" en ACEPRENSA, 99/93, Madrid, España, 2-VII-93
[7] Cfr. "La certeza de una nueva vida" en Servicio Especial de Informaciones nº 235, México, 15-III-83
[8] SALDAÑA ARÉVALO, Dr. Emilio, directamente al autor.
[9] Cfr. BURKE, Cormac, Felicidad y entrega en el matrimonio, Ediciones Rialp S.A., Madrid, España, 1990, pp. 198-199
[10] Cfr. "El aborto visto de cerca" en ACEPRENSA, 172/95, Madrid, España, 27-XII-95
[11] Cfr. "EE.UU.: 25 años de la legalización del aborto" en ACEPRENSA, 16/98, Madrid, España, 28-I-98
[12] Cfr. NATHANSON, Bernard, La Mano de Dios, Ediciones Palabra, 4 Edición, Madrid, España, 1999, p. 135
[13] Cfr. SHEIBER, Marta, "Yo me hice rica con el aborto", en revista PALABRA nº 309, España, enero de 1991, p. 46
[14] International Herald Tribune, 18-IX-91.
[15] Por desgracia no me es posible conocer la fuente de estos párrafos. Si alguno los identifica, mucho le agradecería que me lo comunicara para darle el oportuno reconocimiento al autor de este escrito. Oscar Fernández E.
[16] Cfr. OLLERO, Andrés (Universidad de Granada, España), "Eutanasia y Multiculturalismo, Derecho, moral y religión en una sociedad pluralista", n° 3
[17] "El Cardenal y el Gobernador", en ACEPRENSA, 119/90, Madrid, España, 1-VIII-90
[18] Cfr. "El Gulag demográfico chino elevado a modelo por la ONU", en EUROPE TODAY, nº 131, Bruselas, Bélgica, 27-IX-94, p. 3
[19] Cfr. LEJEUNE, Jerome., " Los médicos desnaturalizados", en Dejadlos vivir, Ediciones Rialp S.A., Madrid, España, 1980, pp. 32 y 33
[20] Cfr. "Fotografía de feto y médico se convierte en nuevo estandarte pro-vida", ACI Digital,http://www.aciprensa.com, 18-VIII-99
[21] Cfr. "Padres de Samuel dirigen carta a pro-vidas del mundo", ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 11-XII-99
[22] Cfr. "Médicos casi matan a bebé prematura por falsa anomalía", en ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 1-IV-00
[23] Cfr. MEDELLÍN, María Luisa, "Es un niño sin límites", en periódico EL NORTE, Monterrey, México, 8-IV-99
[24] Cfr. LLANO CIFUENTES, Carlos, "Trece argumentos en favor de la vida" en revista ISTMO nº 162, México, Enero-Febrero de 1986, p.15
[25] SAVE, Alvar, Directamente al autor, Hermosillo, México, 13-VI-00
[26] Cfr. REYES, Rosalía, "Aborto la marca para siempre...", en periódico EL NORTE, Monterrey, México, 2-VI-99
[27] Cfr. "campaña abortista con datos falsos" en ACEPRENSA, 123/91, Madrid, España, 1991.
[28] Cfr. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA E INFORMÁTICA, Mujeres y Hombres en México , México, D.F., 1997
[29] " La conversión científica del Rey del aborto", en ACEPRENSA, 71/82, Madrid, España, 12-V-82
[30] Cfr. ÁLVAREZ SALAS, Dr. José, "La realidad del aborto", ponencia presentada en el Foro Regional de Salud, Zona Pacífico, Culiacán, México 8 y 9 de octubre de 1993, p. 13
[31] Cfr. MAYRA DE YAMALLEL, "Sugiere educación y apoyo para el niño" en Cartas al periódico EL NORTE, Monterrey, México, 21-V-99
[32] Cfr. SERRANO, Rafael," Aborto ilegal, no clandestino", en ACEPRENSA, 168/91, Madrid, España, 1991
[33] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, 25-III-95, nº 58

Fuente: Conoze.com

ABORTO +5

A menudo me sorprendo, no demasiado gratamente, cuando observo que los medios de comunicación reportan el enorme aumento de asesinatos de inocentes, es decir, del aborto. Y sucede en todo el mundo, sin importar raza ni religión. Pareciera ser, que el proceso por el cual se mata a un niño indefenso, con todo el derecho a vivir, se asemeja a la finalización del ritual de cualquier almuerzo en un local de comidas rápidas, donde una vez terminada la hamburguesa, se elimina la cajilla que la contiene e inmediatamente se pasa a otros menesteres.

Sobran eufemismos para tratar de aquietar las conciencias y presentar la ejecución del inocente como un proceso natural, uno más entre miles cotidianos. Se lo llama «interrupción del embarazo», «interrupción de la gestación», «extracción del feto», etc. Intereses económicos y políticos tras estas actitudes siniestras sobran, no cabe ninguna duda.

Las excusas para impedir, cual dictadores y dueños de la naturaleza, el nacimiento de un nuevo ser humano, suelen ser bastante variadas y para todos los gustos. Comenzando por el futuro económico incierto de los padres, hasta llegar a escuchar, en reuniones con poco público por lo general, que la criatura ha llegado en un momento poco oportuno, que la prioridad la tiene el viaje en crucero alrededor del mundo o el automóvil último modelo, imposible de adquirir si sumamos los gastos que cualquier niño normal genera.

¿Desde cuándo los padres tienen el derecho y la potestad de decidir el destino de una nueva criatura? ¿Desde cuándo es prioridad matar a un inocente para salvar otra vida? ¿Por qué el hombre se empeña en hacer todo a su medida, desoyendo los consejos de las buenas conciencias, del pensamiento normal y humano, no animal?

Adolf Hitler y Josef Stalin, por citar sólo dos referencias históricas, han sido unos dementes y unos criminales, que mataron indiscriminadamente en pos de la victoria de unas ideas perversas. Quienes abortan con plena conciencia no están nada lejos del concepto de asesinos. Más bien, les calza a la perfección.

Por supuesto, cada «interrupción del embarazo» es un secreto de Estado entre dos personas. Lo que si debe hacerse público es que al concubino, pareja de turno o marido, lo han ascendido de trabajo o que la mujer se ha sometido a una cirugía que le ha devuelto los años mozos. Pero cuidado, la condición social no es nunca un atenuante para matar. Pobres, ricos y no tanto, son asesinos, con las mismas letras y con el mismo grito.

Tú, Tomás, hoy no nacerás porque la señora que te lleva dentro prefiere su bienestar a tu alegría. Tú, Josefina, no verás la luz mañana, porque tu madre y el tipejo que la acompaña han juzgado, como jueces absolutos, que es mejor tener unos añitos más de tranquilidad. Tú, Ramiro, sé que quieres tener derecho a vivir, pero resulta que no serías aceptado socialmente, porque lamentablemente eres el fruto de una relación furtiva y prohibida. Tú, María, sentirás el dolor de unas tijeras que te destrozan como un papel; pero no importa: para los entendidos, para los animales que llevan guardapolvo blanco y la gente que les paga, no eres más que un grupo de células, sin nombre, sin destino y sin derecho a nada.
Fuente: Conoze.com

ABORTO +4

Mentiras sobre el aborto

La primera mentira que muchos buscan camuflar en el debate sobre el tema del aborto es que se trate de un argumento religioso o del que los creyentes no deberían opinar. Con frecuencia se acusa a la Iglesia de inmiscuirse en la vida social de los pobres ciudadanos y de usurpar tronos que ni siquiera los más crueles tiranos se atrevieron a ocupar. ¿Por qué los obispos y los sacerdotes, que además ni hijos tienen, pretenden negar a las mujeres su derecho a decidir lo que hagan con su cuerpo y el producto del mismo?

Ahí está precisamente la falacia. Algunos sofistas modernos nos quieren hacer creer a todos que el rechazo del aborto es fruto de la mentalidad dogmática y obtusa de los «mochos» y medievales católicos; y que merecen la misma suerte que el impío Sócrates, pervertidor de la juventud y de la verdadera democracia. Están contra el progreso del hombre porque carecen de una «mente abierta» que se haga cargo de los grandes problemas y amenazas que se ciernen sobre la humanidad: la sobrepoblación, el calentamiento de la tierra, la pobreza y desigual distribución de la riqueza en el mundo.

¿De veras te consideras de «mente abierta»? Entonces espero que no se te haya salido el cerebro y te atrevas a usarlo con un poco de lógica. Y la lógica nos enseña que en un buen razonamiento primero se definen los términos. ¿Qué entendemos por «aborto»? ¿Es la interrupción voluntaria del producto de la fecundación, fruto de una relación entre un hombre y una mujer? A decir verdad, lo de «interrupción del producto» a cualquier ciudadano de a pie nos suena más a una fábrica que decide suspender la producción de botellas de refresco que la generación de seres humanos para la sociedad. Pero concediendo el uso de una expresión tan poco feliz, no nos queda más remedio que preguntarnos qué es ese «producto». ¿Es un individuo de nuestra especie? ¿Tiene vida propia y distinta de la de la madre? ¿A partir de qué momento podemos llamarle un ser humano viviente?

He planteado estas preguntas, para no andarnos por las ramas, perdidos en muchos argumentos que sólo buscan distraer la atención del verdadero núcleo del problema. Porque, en mi modesta opinión, la única manera de justificar racionalmente el aborto sería negar a ese «producto» su estatuto de ser humano. Nada más que yo aún no he sabido que de un óvulo humano haya salido jamás un mango ni un elefantito. Bueno, cuentan que una vez Venancio fue a un zoológico en Galicia y contrató los servicios del guía que se encontraba en la puerta. «¿Qué animal es éste?» le preguntó Venancio, al acercarse a la primera jaula del recorrido. «Es un perro lobo» respondió con seguridad el guía. «¿Cómo que un perro lobo?» «Sí, es que su padre era un perro y su madre era una loba». «¡Aaah! —expresó Venancio, mientras asentía con la cabeza—. ¿Y éste otro?». «Es un tigre leonado» «¿Por qué un tigre leonado?» «Es que su padre era un tigre y su madre una leona» «¡Aaah! —volvió a proferir Venancio— ¿Y éste?» «Ése es un oso hormiguero». «Nooo —contesta Venancio, con cara de sorpresa— ¿Y quién era la madre?»

Los datos científicos de la genética demuestran que la célula originada por la fecundación tiene un código genético nuevo y original respecto a la célula del padre y de la madre. Y lo más maravilloso es que el genoma de esta primera célula o cigoto se repetirá en los miles de millones de células que formarán primero la mórula, y lo que después llamamos feto. Desde el primer momento de su fecundación, ya es un ser humano, que contiene toda su información genética, el plan de ruta de su desarrollo y su destino biológico como persona. Truncar el proceso de este «producto» amparándose en la coartada de que todavía no es un ser humano, sino que se trata de un pre—homínido o un oso hormiguero, que se lo cuenten a Venancio...

¿Por qué matar un feto de 12 semanas no debe ser penalizado y uno de 14 sí. ¿Será que el paso por la semana 13 —número de mala suerte para los supersticiosos— acarrearía sobre los legisladores no sé qué tipo de desgracia, si no la descargan en una ley contra los infractores? ¿Y qué base científica tienen los que dicen que la vida humana de un embrión empieza el día 14 y no el año 14? Si el ser humano no merece respeto desde el primer instante de su concepción, cuando aún es una criatura inocente, dudo mucho que cuando llegue a ser adolescente crezca en dignidad o merezca mayor respeto. Todavía si me dijeran que Tertuliano o Aristóteles, con los conocimientos científicos que les aportaban las ciencias de entonces, hipotizaron una animación sucesiva de los progenitores en su pimpollo, les disculparía con una sonrisa indulgente. Pero como dice el profesor de bioética el Dr. Angel Serra «La concepción humana hoy ya no es un misterio natural escondido detrás de no se qué paredes impenetrables y ofuscado por las sombras de la duda que nos aportan observaciones imprecisas o envuelto por velos de ilusorios silogismos o engañosos sofismas. Los datos que aportan actualmente las ciencias no permiten que sean manipulados al gusto del que habla».

¿Por qué las televisoras nacionales no se atreven a difundir el impresionante documental «Un grito silencioso» («The silent scream») del Dr. Norteamericano Bernard Nathanson, que muestra el aborto de un feto de doce semanas? A partir de los años 70, la introducción de tecnologías como las imágenes ultrasónicas, la estreostocopia citológica, la ecografía ultrasónica y otras, para hacer los diagnósticos prenatales, no le dejaron lugar a dudas de que el niño que se encuentra en el vientre de la madre es simplemente otro ser humano, miembro de la comunidad humana y en nada diferente a nosotros, salvo en el tamaño y desarrollo. Y por eso, el joven médico que practicó más de 10.000 abortos, se convirtió en uno de los más fervientes defensores de la vida.

El aborto no es un tema que dependa de las creencias religiosas de las personas, sino de la conciencia ética de las mismas. Pero eso implica que se analice con los principios de ética y a la luz de la recta razón, no para justificar comportamientos irresponsables y obscuros intereses económicos y políticos. ¿Desde cuándo la ética puede convertir un delito en un derecho? «El sueño de la razón engendra monstruos» decía un famoso crítico de arte. Aunque se despenalice el aborto en todas las circunstancias que se propongan, nunca dejará de ser un crimen; y aunque quisieran imponer por decreto la práctica del aborto a doctores, enfermeras o instituciones, espero que no falte una razón despierta, que repita con Antígona, en la tragedia de Sófocles, que hay unas leyes no escritas a las que la conciencia no puede dejar de obedecer.

Ya hemos explicado que la primera mentira que suele esgrimirse en el debate sobre el tema del aborto es que se trate de un argumento religioso o del que los creyentes no deberían opinar. Hoy quisiera exponer la que, en mi opinión, podríamos considerar la segunda gran mentira: que en la ampliación de esta ley se busque el bien de las mujeres. A parte de aclarar los intereses políticos y económicos que hay detrás de esta iniciativa, me gustaría que alguno de los que promueven esta ley nos explicara dónde hay un mayor bien para una mujer: ¿en la maternidad o en el infanticidio?

Si cuando se da un aborto natural, no provocado, la mujer queda afectada emocional y psicológicamente, ¡qué diremos de aquellas madres que de forma más o menos consciente deciden acabar con la vida de la creatura que ha sido sembrada en sus entrañas! El Dr. Philip Mango, psiquiatra neoyorquino convertido al catolicismo, se ha especializado en el síndrome «postabortivo», y después de un estudio concienzudo de los miles de casos que ha atendido en sus terapias —incluyendo mujeres no creyentes, muchas de ellas provenientes de la exURSS comunista— ha logrado tipificar el cuadro traumático que sufren las mujeres que abortan y ha elaborado una psicoterapia en cinco etapas para ayudarlas a recuperarse. Su conclusión es rotunda: «Un aborto destruye más vidas».

A veces se recurre al aborto para evitar un trauma a la mujer. Perdónenme, pero yo no conozco peor trauma para una madre que el aborto. Frente a un embarazo no deseado, casi siempre se deja sola a la mujer, que se siente acorralada para tomar una decisión. Quienes deciden abrir esta puerta falsa, tal vez se sientan liberadas en un primer momento porque lograron «deshacerse del problema» a tiempo, pero ese niño jamás habrá muerto. Vivirá para siempre en la conciencia de su madre y, de vez en cuando tocará a la puerta de sus pensamientos e imaginaciones como un fantasma. Tal vez cuando vea a un bebé, dormido plácidamente en el regazo de «otra madre» o cuando vea a una niña jugando a las muñecas con sus amigas, rebosantes de vida y de felicidad. He conocido casos de mujeres que han abortado, y no han podido descansar hasta asumir toda su responsabilidad, al grado incluso de hacer una tumba en el jardín de su casa al hijo que nunca dejaron nacer.

Pero ¿no se dan a veces condiciones socioeconómicas que aconsejarían evitar a esa creatura ver la luz? ¿Para qué traer un niño al mundo a sufrir un infierno? Hace unos días se planteaba un caso en un debate radiofónico sobre una mujer que teniendo dos hijos que mantener, y ningún apoyo del esposo porque era borracho, al quedar embarazada de su tercer hijo, se planteaba: ¿qué voy a hacer ahora? El dinero apenas me alcanza, y mi hijo mayor está por entrar a la universidad; ¿cómo los voy a mantener?, ¿no podría abortar en este caso? El entrevistado respondió: Es cierto que mantener y educar a un hijo hoy en día es un gran reto. Pero si el valor económico está por encima del valor de la vida, entonces mejor que mate al hijo que está por iniciar su carrera universitaria. Al cabo, el ahorro económico será aún mayor.

También durante un congreso al que asistí sobre el aborto se planteó otro caso. ¿Qué decisión tomar ante el embarazo no deseado de una mujer de condición humilde, con una familia numerosa y un esposo golpeador? Varios se apresuraron a responder que era mejor abortarlo, para evitarle vivir ese infierno. A lo cual respondió el que planteó el caso: «Acaban ustedes de matar a Beetoven». Está todavía en las carteleras de los cines la película de «Los trescientos», esos valientes soldados espartanos que murieron en el estrecho de las Termópilas para atrasar la invasión de los persas y dar tiempo a los estados griegos de organizar un ejército para defender su libertad. Es verdad que de la disciplinada y austera región de Esparta salieron los más bravos soldados de la Grecia Antigua, pero ninguno de los poetas, escultores o artistas de la época dorada de Grecia, que nos han legado un tesoro cultural a la humanidad. ¿Por qué? Podemos sospechar que no pasaban la selección de los espartanos, y si no eran aptos para llegar a ser un día fornidos soldados, capaces de defender su patria, era mejor despeñarlos en el acantilado desde pequeños.

Esta reflexión nos lleva a preguntarnos: ¿y en el caso de una malformación del feto? Tampoco en este caso estoy tan seguro de que el bien de la mujer sea regalarle el título de juez para que sentencie con un criterio discriminatorio —por lo demás contrario a la constitución mexicana— acabar con la vida de un ser indefenso, simplemente porque tiene capacidades diferentes. Es conocido el caso del famoso astrofísico inglés Stephen Hawing, defensor de la teoría del origen del universo conocida como el «big—bang». Aunque se encuentre en una silla de ruedas con una seria e irreversible parálisis de su cuerpo, ha demostrado poseer bastante más inteligencia que los congresistas que, al final, muy probablemente van a aprobar, al modo de Poncio Pilato, una ley llena de errores y de discapacidades.

¿Y qué pasa en el caso de violación? Ahí sí que no se puede discutir que se esté buscando el bien de la mujer. Reconozco que éste es el caso más triste y difícil de afrontar, porque es fruto de la iniquidad humana y del terrible fracaso de la educación sexual de nuestro tiempo, que da mucha información, pero muy poca formación sobre un aspecto tan importante del ser humano. Hay quienes incluso hablan de un «injusto agresor» contra el cual la madre podría ejercer su derecho de legítima defensa. Pero, si lo reflexionamos «sine ira et studio» ¿quién es el agresor y culpable: el violador o el niño? Creo que todos estaremos de acuerdo que es el violador. Entonces ¿por qué castigar al niño a la pena de muerte? Es como si yo me desquitara matando al dependiente del banco por hacer una transferencia millonaria a quienes secuestraron a mi hijo y me piden un rescate a cambio de su vida.

Yo creo que la vida humana es un bien tan excelso, que en ningún caso se puede autorizar que una persona decida la muerte de otro ser humano. De lo contrario, ¿qué sentido tienen las leyes, cuando niegas el derecho fundamental de la vida, que es la puerta de todos los demás derechos? ¿Para qué nos sirve la medicina —que busca cuidar y dar calidad de vida— si la usamos para quitar la vida? Me parece más inspirador el testimonio de Lucía Vertruse, novicia violada por los milicianos servios durante la guerra que explotó en 1995 en la antigua Yugoslavia. «No se puede arrancar una planta de sus raíces. El grano que ha caído en una tierra tiene necesidad de crecer ahí donde el misterioso, aunque inicuo sembrador, lo ha echado. Realizaré mi vida religiosa de otro modo. (...) Me iré con mi hijo. No sé a dónde, pero Dios, que ha roto de improviso mi mayor alegría, me indicará el camino para cumplir su voluntad. Seré pobre, retomaré el viejo delantal y me pondré los zuecos que usan las mujeres en días de trabajo e iré con mi madre a recoger resina de los pinos de nuestros grandes bosques... Haré lo posible por romper la cadena de odio que destruye a nuestros países... Al hijo que espero le enseñaré solamente a amar. Mi hijo, nacido de la violencia, será testigo de que la única grandeza que honra a la persona es la del perdón».

Vamos por la tercera gran mentira que se disfraza con dolo en la discusión sobre el aborto. Se nos dice que la aprobación de esta ley será un avance en los derechos de la sociedad y que los oponentes son unos fanáticos, pues simplemente se le pide al Estado que despenalice, no que legalice el aborto. Tal vez recordemos la carta que la Madre Teresa de Calcuta le escribió al entonces presidente de los EE.UU., Bill Clinton, en la que le pedía que en vez de matar a los niños se los diera a ella en adopción. En ese texto decía: «Creo que el mayor enemigo de la paz hoy en día es el aborto, porque es una guerra contra el niño, la muerte directa del niño inocente, asesinado por su misma madre».

Estudios demográficos serios de los últimos años calculan en unos 40 millones los abortos que se practican al año. ¿Qué guerra, genocidio o pandemia se podrá comparar a esta silenciosa hecatombe? Cuando los primeros misioneros que pisaron las tierras mexicas, refirieron en sus escritos los sacrificios humanos ofrecidos por los indígenas a sus dioses, todos los que leían sus relatos quedaban horrorizados. Desde nuestra perspectiva de hombres civilizados del s. XXI, también hoy algunos grupos indigenistas se han sentido ofendidos por la reciente película de Mel Gibson «Apocalypto». Pero es notable, y está bien documentado, el caso por ejemplo de la inauguración del templo de Teocalli. Se dice que realizaron más de veinte mil sacrificios humanos durante cuatro días, que se inmolaron sin interrupción durante noventa y seis horas, en diez lugares diferentes.

La época moderna se enorgullece de haber descubierto la idea de los derechos humanos, inherentes a todo ser humano, y que son anteriores a todo derecho positivo, como se reflejan en las declaraciones solemnes de los EE.UU. y de la ONU. Pero por otra parte, estos derechos así reconocidos en la teoría, nunca han sido negados tan profunda y radicalmente en el plano de la práctica. ¿Qué son los veinte mil sacrificios humanos de los aztecas o los varios millones de judíos que inmoló Hitler al nuevo dios del superhombre (que identificó con la raza aria), comparado con los 40 millones de abortos actuales? ¿A qué divinidades modernas se ofrecen estas víctimas inocentes?

Hoy somos testigos de una auténtica guerra de los poderosos contra los débiles, una guerra que busca la eliminación de los que pudieran ser una amenaza contra el «nuevo orden mundial». Con la complicidad de muchos Estados, se emplean medios cuantiosos para imponer sus políticas de control de la población y se ofrece como holocausto el debido tributo a los dioses del poder, del dinero y del placer.

«Hay en nuestra época un país donde puede observarse al menos algunas tímidas tentativas inspiradas por una mejor concepción del papel del Estado (en materia de eugenismo). No es, naturalmente, nuestra república alemana el modelo, son los Estados Unidos de América, que se esfuerzan en obedecer, al menos en parte, los consejos de la razón. Al negar la entrada en su territorio a los inmigrantes con mala salud y el derecho a la naturalización a los representantes de determinadas razas, se acercan un poco a la concepción racista del papel del Estado». Esta cita extraída de «Mi lucha», el libro que Hitler escribió desde la cárcel, parece haber encontrado eco en algunos círculos norteamericanos, que han heredado no sólo su voluntad de poder, sino también su rabioso racismo. ¿Por qué tanta insistencia de los lobbys que acaba de denunciar Vittorio Messori, encabezados por la OMS, y ciertos sectores de la masonería, para imponer a los Estados su voluntad contra la familia y a favor del aborto? Yo creo que tienen miedo a perder el poder, a que la población de los países —en especial los países pobres— crezca en tal grado que les haga perder el control y les invadan con sus migraciones. Y para lograr su objetivo, están dispuestos a lo que sea, incluso a pasar por encima de la opinión popular.

Así lo acabamos de constatar en Portugal, donde no lograron aprobar el aborto a través del referéndum, y lo han impuesto por decreto presidencial. Así lo demostraron después de las reuniones de El Cairo, cuando furiosos intentaron, a través de sus ONGs, expulsar al incómodo representante del Vaticano ante la ONU. Así lo percibimos en el Informe sombra 2006, que envió GIRE y cualquiera puede consultar en el internet. Así lo sospechamos en México, cuando sin un motivo aparente presenciamos el linchamiento político de algunos personajes e instituciones, por el solo hecho de pronunciarse a favor de la vida. Todo el que se resista a su proyecto y no se someta a sus condiciones totalitarias y fanáticas, será difamado, silenciado o penalizado con sanciones económicas.

Por el contrario, se premia y bonifica a quienes se suman a su cruzada de ingeniería política y social. Conocemos las fundaciones extranjeras que inyectan los recursos necesarios. Algunos médicos se han dejado seducir y, renunciando a su compromiso hipocrático, militan como mercenarios del mejor postor. Ya no les interesa la protección de la salud y la calidad de vida de los seres humanos, sino la rentabilidad de la infraestructura sanitaria y de la profilaxia social. Y no hemos entrado al tema de las pingües ganancias que en todo esto obtienen la industria farmacéutica o cosmética...

¿Por qué no se invierte en mejorar la mal llamada «educación» sexual de las escuelas públicas y las condiciones higiénicas de los hospitales? ¿O nos creen tan ingenuos de pensar que los sistemas de salud gubernamentales ofrecerán las condiciones óptimas para acabar con las clínicas clandestinas, donde —según nos quieren convencer— mueren tantas mujeres desesperadas? Ni siquiera en los países donde el aborto ha sido legalizado desde hace muchos años, han disminuido los casos de mujeres que acuden a abortar a dichas clínicas. ¿Por qué no mejoran las leyes para agilizar los procesos de adopción, como sugería Madre Teresa de Calcuta? ¿Por qué no mejoran las leyes que protejan a la mujer violada, y que disuadan a los violadores? ¿Por qué en lugar de condones y píldoras no se da a nuestros jóvenes una formación integral en los valores de la responsabilidad, el respeto, el dominio de sí mismos... y no sólo información sexual? ¿Por qué la inversión para atender a los que nacen con discapacidades ha tenido que provenir de iniciativas de nuestra sociedad y no de nuestros gobiernos y de esas fundaciones extranjeras tan interesadas en nuestro país? ¿Por qué nos siguen mintiendo con una propuesta de ley que busca la solución más fácil: eliminar a los más débiles? «Quien ignora los errores de la historia, se verá obligado a repetirlos», Santana.
Fuente: Conoze.com