domingo, 12 de enero de 2014

DIOS PERDONA A TRAVÉS DEL SACERDOTE

Papa-Francisco-001
Imagen por: CEC


En su catequesis de los miércoles en la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco explicó que el protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo, quien obra la misericordia de Dios a través de las "llagas de Jesús" y, como Él mismo dispuso, solamente a través de los sacerdotes. No es posible la confesión "directa" con Dios.

Ante miles de fieles presentes, el Santo Padre reflexionó sobre la "potestad de las llaves" dada a los Apóstoles: "en primer lugar, debemos recordar que el protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo. Él es el protagonista. En su primera aparición a los Apóstoles en el Cenáculo, -hemos escuchado- Jesús resucitado hizo el gesto de soplar sobre ellos, diciendo: 'Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan'".
El Santo Padre resaltó asimismo que el sacerdote es el "instrumento para el perdón de los pecados. El perdón de Dios que se nos da en la Iglesia, se nos transmite a través del ministerio de un hermano nuestro, el sacerdote; también él un hombre que, como nosotros, necesita la misericordia, se hace realmente instrumento de misericordia, dándonos el amor sin límites de Dios Padre".
"También los sacerdotes deben confesarse, incluso los obispos: todos somos pecadores. ¡Incluso el Papa se confiesa cada quince días, porque el Papa es también un pecador! Y el confesor siente lo que yo le digo, me aconseja y me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdón".
Antes de soplar sobre los Apóstoles para infundir el Espíritu Santo, explicó el Papa, "Jesús muestra sus heridas en sus manos y el costado: estas heridas representan el precio de nuestra salvación. El Espíritu Santo nos trae el perdón de Dios 'pasando por las llagas' de Jesús. Estas llagas que Él ha querido conservar. También en este tiempo, en el cielo, Él muestra al Padre las heridas con las que nos ha redimido. Y por la fuerza de estas llagas son perdonados nuestros pecados. Así que Jesús dio su vida por nuestra paz, por nuestra alegría, por la gracia de nuestra alma, para el perdón de nuestros pecados. Y esto es muy bonito, mirar a Jesús así".
"Jesús da a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. ¿Pero cómo es esto? Porque es un poco difícil entender como un hombre puede perdonar los pecados. Jesús da el poder. La Iglesia es depositaria del poder de las llaves: para abrir, cerrar, para perdonar. Dios perdona a cada hombre en su misericordia soberana, pero Él mismo quiso que los que pertenezcan a Cristo y a su Iglesia, reciban el perdón a través de los ministros de la Comunidad".
El Papa Francisco dijo que "a través del ministerio apostólico la misericordia de Dios me alcanza, mis pecados son perdonados y se me da la alegría. De este modo, Jesús nos llama a vivir la reconciliación incluso en la dimensión eclesial, comunitaria. Y esto es muy hermoso. La Iglesia, que es santa y a la vez necesitada de penitencia, nos acompaña en nuestro camino de conversión toda la vida. La Iglesia no es la dueña del poder de las llaves: no es dueña, sino que es sierva del ministerio de misericordia y se alegra siempre que puede ofrecer este regalo divino".
"Muchas personas, quizá no entienden la dimensión eclesial del perdón, porque domina siempre el individualismo, el subjetivismo, y también nosotros cristianos sufrimos esto. Por supuesto, Dios perdona a todo pecador arrepentido, personalmente, pero el cristiano está unido a Cristo, y Cristo está unido a la Iglesia. Y para nosotros cristianos hay un regalo más, y hay también un compromiso más: pasar humildemente a través del ministerio eclesial. ¡Y eso tenemos que valorizarlo! Es un don, pero es también una curación, es una protección y también la seguridad de que Dios nos ha perdonado".
"Voy del hermano sacerdote y digo: "Padre, he hecho esto..." "Pero yo te perdono: es Dios quien perdona y yo estoy seguro, en ese momento, que Dios me ha perdonado. ¡Y esto es hermoso! Esto es tener la seguridad de lo que siempre decimos: "¡Dios siempre nos perdona! ¡No se cansa de perdonar!". Nunca debemos cansarnos de ir a pedir perdón. "Pero, padre, me da vergüenza ir a decirle mis pecados...". "¡Pero, mira, nuestras madres, nuestras mujeres, decían que es mejor sonrojarse una vez, que mil veces tener el color amarillo, eh!" Tú te sonrojas una vez, te perdona los pecados y adelante".
A veces, alertó el Papa, "se oye a alguien que dice que se confiesa directamente con Dios... Sí, como decía antes, Dios siempre te escucha, pero en el Sacramento de la Reconciliación envía un hermano para traerte el perdón, la seguridad del perdón, en nombre de la Iglesia".
Para concluir el Pontífice alentó a no olvidar "que Dios nunca se cansa de perdonarnos; mediante el ministerio del sacerdote nos estrecha en un nuevo abrazo que nos regenera y nos permite levantarnos de nuevo y reanudar el camino. Porque ésta es nuestra vida: continuamente levantarse y seguir adelante. ¡Gracias!".

Fuente: CEC

viernes, 10 de enero de 2014

TESTIMONIO DE CASTIDAD +1




Perdí la virginidad a los 16 años y recién a los 25 conocí al hombre que sería mi esposo, un hombre maravilloso que había luchado toda su vida por mantenerse puro, pues estaba convencido de que solo quería entregarse a una sola mujer para el resto de su vida. Esa idea hermosa me hacía trizas el corazón, me hacía pensar: “¿Por qué no esperé? ¿Qué me pasaba por la mente? ¿Por qué arruiné mi vida de esa forma?” Por muchos años el arrepentimiento me mataba, y me sentía poco digna de él… y de Dios. Durante nuestra etapa de enamoramiento él me enseñó lo que significaba tener una segunda virginidad. Al inicio pensé que se trataba de un juego psicológico y no le tomé importancia, pero más adelante, la misericordia de Dios vivida en una confesión de corazón me ayudó a comprender que nosotras, las que nos hemos equivocado, sí tenemos una nueva oportunidad, y los años que llevé luchando por vivir la virtud de la castidad lograron que me sintiese efectivamente virgen nuevamente, aunque siempre había una espinita que no me dejaba en paz. A los 28 años mi enamorado me pidió la mano y nos comprometimos. La etapa de noviazgo fue una prueba más, pues la tentación muchas veces te hace pensar: “qué más da, ya se van a casar, no pasa nada si sucede antes”. Dios nos ayudó, y nos permitió vivir un noviazgo muy casto. Sin embargo, algunos recuerdos seguían en mi mente, y semanas antes de casarnos, recuerdo una noche en la que me puse a llorar amargamente en mi cama, pensando que no era digna de merecer su pureza. Pensaba que si a los 16 años no pude dominarme, ¿qué va a garantizar que lo haga en mi vida de casada? ¿Y si llego a ser infiel? Esos pensamientos querían convertirse en razones que quería darle para que él no optase finalmente por mí. Un día se los confesé y su certeza me abrumó, recuerdo que me dijo que él ya estaba decidido y que no dejase que algo que ya había sido perdonado por Dios me siguiese atormentando. Hoy, que ya tengo 1 año, 4 meses de casada, les puedo garantizar que cuando Dios te perdona, lo hace en serio. El día de mi Matrimonio llegué al altar con la convicción de que pudimos hacer las cosas como Dios quería que las hagamos. Llegué con todos los errores de mi vida, pero con un corazón arrepentido y con ganas de que se escriba en él una nueva historia. La única historia que quería contar por el resto de mi vida. La gracia que me fue infundida en el sacramento del Matrimonio me convirtió en una mujer nueva, tan nueva, que les garantizo que aquellos recuerdos de mi error, hoy ya no los veo, es más, ni los recuerdo muy bien. Algo pasó en mí el día de mi matrimonio que siento que ya no tengo pasado antes de mi esposo. No existen otras experiencias en mi vida. Mi esposo es la única persona con la que he compartido alma, cuerpo y espíritu. Y es que eso hace el sacramento del Matrimonio y por eso es que es tan importante esperar a eso para compartir lo más valioso de ti con la otra persona. Cuando uno tiene relaciones sexuales antes, lo que compartes es un momento, un placer, un egoísmo, por satisfacer un instante. Sin embargo, cuando ocurre dentro del Matrimonio, lo que compartes va más allá de tu cuerpo… es tu vida misma, tus anhelos, tu corazón. Hay un pacto serio y hermoso entre dos personas que se han comprometido a amarse de verdad para el resto de sus vidas. Y a través de ese amor, poder traer hijos al mundo (que por cierto, es lo más hermoso que le puede pasar a una mujer). Este testimonio va dedicado a ti, que quizá cometiste un error y que sientes que es algo que nunca más vas a poder recuperar. Yo te lo garantizo: sí se puede remediar, sí hay una segunda oportunidad si de corazón de comprometes a vivir la castidad nuevamente y le confías a Dios tu noviazgo. La segunda virginidad sí existe. Yo tuve la bendición de experimentarla vivamente el día de mi matrimonio y ya en mi vida de casada. Y cuando te digan que no hay diferencia en hacerlo antes o después del Matrimonio, yo te lo digo: SÍ LA HAY, y mucha. Yo lo viví y por eso te lo digo. Por mucho que tú y tu enamorado se quieran, no es lo mismo entregarte a él siendo enamorados, que estando casados. De enamorados compartes el momento. De esposos, compartes tu vida. Tenemos un hijo de 7 meses y estoy en la espera de otro. Me asusta el mundo que ya les está tocando vivir, y lo que pueda pasar con ellos mañana, cuando ya tengan sus enamorad@s. Yo no pienso esconderles nada de mi vida, es más, así como lo comparto contigo y rezo para que este compartir tenga frutos en ti, lo compartiré con ellos, a su debido momento, para que sepan que nuestras opciones erróneas tienen consecuencias que nos pasan factura más adelante. Pero principalmente, para que sepan que por cada caída, hay un Dios misericordioso que te perdona, te levanta y te limpia completamente la mancha del pecado… y para que conozcan que existe una comunidad de amigos, como esta de La Opción V, donde podemos acompañarnos para mantenernos fuertes en el ejercicio de la virtud de la castidad.

Fuente: LaOpciónV

EL PAPA FRANCISCO ES UN HÉROE


La historia del Papa Francisco en cómic, escrita por Regina Doman e ilustrada por Sean Lam.

martes, 31 de diciembre de 2013

CARITAS

Imagen por: Fano

(En el día de San Esteban Mártir) 

Ayer celebramos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su soldado.

Ayer nuestro Rey, revestido con el manto de nuestra carne y saliendo del recinto del seno virginal, se dignó visitar el mundo; hoy el soldado, saliendo del tabernáculo de su cuerpo, triunfador, ha emigrado al cielo.

Nuestro Rey, siendo la excelsitud misma, se humilló por nosotros; su venida no ha sido en vano, pues ha aportado grandes dones a sus soldados, a los que no sólo ha enriquecido abundantemente, sino que también los ha fortalecido para luchar invenciblemente. Ha traído el don de la caridad, por la que los hombres se hacen partícipes de la naturaleza divina.

Ha repartido el don que nos ha traído, pero no por esto él se ha empobrecido, sino que, de una forma admirable, ha enriquecido la pobreza de sus fieles, mientras él conserva sin mengua la plenitud de sus propios tesoros.

Así, pues, la misma caridad que Cristo trajo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban de la tierra al cielo. La caridad, que precedió en el Rey, ha brillado a continuación en el soldado.

Esteban, para merecer la corona que significa su nombre, tenía la caridad como arma, y por ella triunfaba en todas partes. Por la caridad de Dios, no cedió ante los judíos que lo atacaban; por la caridad hacia el prójimo, rogaba por los que lo lapidaban. Por la caridad, argüía contra los que estaban equivocados, para que se corrigieran; por la caridad, oraba por los que lo lapidaban, para que no fueran castigados.

Confiado en la fuerza de la caridad, venció la acerba crueldad de Saulo, y mereció tener en el cielo como compañero a quien conoció en la tierra como perseguidor. La santa e inquebrantable caridad de Esteban deseaba conquistar orando a aquellos que no pudo convertir amonestando.

Y ahora Pablo se alegra con Esteban, y con Esteban goza de la caridad de Cristo, triunfa con Esteban, reina con Esteban; pues allí donde precedió Esteban, martirizado por las piedras de Pablo, lo ha seguido éste, ayudado por las oraciones de Esteban.

¡Oh vida verdadera, hermanos míos, en la que Pablo no queda confundido de la muerte de Esteban, en la que Esteban se alegra de la compañía de Pablo, porque ambos participan de la misma caridad! La caridad en Esteban triunfó de la crueldad de los judíos, y en Pablo cubrió la multitud de sus pecados, pues en ambos fue la caridad respectiva la que los hizo dignos de poseer el reino de los cielos.

La caridad es la fuente y el origen de todos los bienes, egregia protección, camino que conduce al cielo. Quien camina en la caridad no puede temer ni errar; ella dirige, protege, encamina.

Por todo ello, hermanos, ya que Cristo ha colocado la escalera de la caridad, por la que todo cristiano puede ascender al cielo, guardad fielmente la pura caridad, practicadla mutuamente unos con otros y, progresando en ella, alcanzad la perfección.

Fuente: De los Sermones de San Fulgencio de Ruspe, Obispo

lunes, 30 de diciembre de 2013

CÁSATE Y SÉ SUMISA



Costanza Miriano, periodista y madre de cuatro hijos, es la autora del libro "Sposati e sii sotomessa", publicado en español bajo el título "Cásate y sé sumisa" por la editorial Nuevo Inicio perteneciente a la arquidiócesis de Granada (España). Ella sale al paso de las criticas, especialmente de grupos feministas que han pedido el retiro del texto y afirma que si una mujer se enfada con su libro es porque "no está tranquila" ni es feliz con su vocación.
En entrevista concedida a ACI Prensa este martes 12 de noviembre, Costanza Miriano explicó que ha sido denunciada ante un juez por el libro y aseguró que no está ofendida por las feministas que no toleran su trabajo "porque una mujer que reacciona así es una mujer herida, que no ha encontrado su verdadera belleza, que no está tranquila, que no es feliz en su vocación".
"A las madres y las esposas felices que conozco les ha encantado el libro, que en Italia ha vendido unos 50 mil ejemplares, una cifra bastante buena para el país", añade.
Miriano comenta que comprende que "la palabra 'sumisión' pueda poner nerviosa a algunas personas". "La irritación de las feministas es comprensible porque en el lenguaje del mundo, la sumisión es algo negativo, pero en el lenguaje cristiano, la antropología es totalmente otra", asegura.
El hombre y la mujer, señala la autora a ACI Prensa, "son dos pobrezas que se donan recíprocamente", porque "nunca un hombre podrá colmar el deseo de infinito del alma de una mujer y viceversa".
Costanza Miriano precisa que ante la persecución que enfrenta actualmente se siente "honrada de vivirla", pero dice estar especialmente preocupada por el Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, "porque parece que era él el principal objetivo de esta campaña", explica.
La autora afirma también que en la sociedad actual "el destino de los cristianos que dan su testimonio es el de no ser entendidos", y dice que espera que alguno de los que la han denunciado o pide la retirada de su libro "encuentre el tiempo para leerlo".
Costanza Miriano trabaja en la RAI, la televisión pública italiana y asegura que cuando publicó el libro en el año 2011 algunos de sus compañeros de trabajo rechazaban leerlo tan sólo por el título pero "cuando lo leyeron, encontraron que compartían más cosas de las que se imaginaban, quizás no todo porque falta la visión de la fe, pero sí muchas cosas que son de sentido común o consejos útiles".
El texto, explica esta madre de familia italiana a ACI Prensa, "no es un libro contra la mujer. A todo el que me dice eso le pido que me señale en el libro el punto exacto en el que yo invito a la violencia contra las mujeres o la legitimo, o les digo a las mujeres que tienen que aguantar la violencia. Eso nunca lo haría ni me lo permitiría".
Miriano explica asimismo que cuando alguna mujer que sufre violencia le ha pedido su opinión, ella siempre ha aconsejado que no permitan que eso suceda, y que se vayan de casa y "que intenten encontrar el modo de reconstruir, pero siempre con la debida distancia".
De hecho, señala a ACI Prensa, que "la Iglesia en casos de grave desacuerdo entre los cónyuges o violencia siempre aconseja la separación temporal, pero encaminado siempre a que ese matrimonio se vuelva a unir, lo que no significa soportar la violencia ni animar a los hombres a ser violentos con las mujeres".
Costanza dice que la idea de su libro es "traducir la propuesta de la Iglesia sobre el matrimonio a un lenguaje que todos pudiéramos entender, especialmente los más alejados" y es que el título del libro viene de la Carta de San Pablo a los Efesios donde, según explica la autora, "San Pablo evidencia que el problema de la mujer es el deseo de control y por eso San Pablo nos invita a trabajar en nuestro deseo de controlarlo todo y ser sumisas en el sentido paulino, no en el sentido de las feministas".
En ese sentido Miriano explica que "en esa carta de San Pablo también se explica que el principal problema del hombre es el egoísmo y por eso invita a los hombres a dar la vida por su mujer y sus hijos".
Se trata, afirma, "de una óptica en la que no se gritan los derechos sino que se reconoce la propia pobreza. De hecho San Pablo dice en otro pasaje: 'Sed recíprocamente sumisos'".
A los esposos: "Cásate y da la vida por ella"
La autora del 'Cásate y sé sumisa' también ha escrito un segundo libro dirigido a los esposos, titulado 'Cásate y da la vida por ella'. "No se entiende un libro sin el otro. Intento reflexionar sobre el hecho de que si las mujeres ya no son acogedoras y deseosas de acoger la vida, siempre hay hombres menos deseosos de gastarse, menos generosos, más egoístas, menos viriles. He hecho una reflexión sobre cómo las mujeres pueden ayudar a los hombres a sacar su coraje, su lado más noble, en definitiva su mejor parte".
Por eso precisa que "el secreto está en el amor cortés. Si una mujer consigue ser especialmente acogedora y bondadosa, el hombre también redescubrirá el deseo de dar su vida, de gastarse por ella. Siempre teniendo en cuenta que son dos naturalezas limitadas las que se unen y que por lo tanto habrá expectativas incumplidas".
"El verdadero amor nace cuando termina el amor romántico, cuando los violines dejan de sonar y las mariposas de revolotear en el estómago, y se comienza a amar al otro por como es y no por cómo queremos que sea o lo que queremos de él. Se acoge un amor que va más allá de nuestras intenciones, que tiene que ver con la conversión, con la muerte del 'yo' y que se ve desde la óptica de la conversión, desde la óptica cristiana".
Costanza Miriano afirma también que "las feministas podrían decir simplemente que no es ese el tipo de amor que ellas quieren. Entonces, sólo se les puede decir que no compren el libro, pero no tienen por qué hacerlo retirar".
La periodista y madre de cuatro hijos recuerda las palabras del Papa Francisco sobre el papel de la mujer y la diferencia entre ser "siervas" y "esclavas": "la diferencia está en la libertad, una esclava no puede elegir si servir o no. Pero una mujer como la Virgen María, que se hace la sierva del Señor lo hace voluntariamente, con amor y alegría, precisamente ella que era la criatura más alta para los cristianos, después de Jesucristo, que es Dios y por eso María es nuestro modelo".
Para concluir, la autora señala que el libro "Cásate y sé sumisa" intenta "mirar con buenos ojos al marido, partir de un juicio positivo sobre él, pero no como una técnica de autocontrol sino como un deseo leal de acoger otro punto de vista". Algo, que según afirma "ha hecho milagros en muchos matrimonios".
Fuente y foto: ACIprensa